Los feligreses acudan a la iglesia con ramitas de palmas que se bendicen. Al finalizar la misa, los asistentes pueden llevarse las ramitas a casa para colocarlas en algún lugar del su hogar; las que se quedan en la Iglesia, son incineradas y las cenizas de éstas se utilizan el miércoles de ceniza del siguiente año.
En la época en que Jesús vivió, se acostumbraba recibir a los reyes y soberanos con palmas y ramos para demostrarles el aprecio del pueblo por ellos, así pasó cuando Jesús entro a Jerusalén.
De este mismo hecho se desprende la tradición de las alfombras de flores, aserrín o frutas que se elaboran por los feligreses para el paso de las diferentes procesiones por las calles. También se levaron en los altares de velación.
Hoy, El papa Benedicto XVI, frente a una multitud en la misa al aire libre del Domingo de Ramos, alabó los logros tecnológicos de la humanidad pero lamentó que sus crecientes habilidades también pueden usarse para el mal.
En la época en que Jesús vivió, se acostumbraba recibir a los reyes y soberanos con palmas y ramos para demostrarles el aprecio del pueblo por ellos, así pasó cuando Jesús entro a Jerusalén.
De este mismo hecho se desprende la tradición de las alfombras de flores, aserrín o frutas que se elaboran por los feligreses para el paso de las diferentes procesiones por las calles. También se levaron en los altares de velación.
Hoy, El papa Benedicto XVI, frente a una multitud en la misa al aire libre del Domingo de Ramos, alabó los logros tecnológicos de la humanidad pero lamentó que sus crecientes habilidades también pueden usarse para el mal.

La liturgia del Domingo de Ramos conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y la homilía de Benedicto XVI habló sobre cómo los triunfos humanos también son templados por el egoísmo y la maldad. -ENH