Si bien Chávez pronunció en público, antes de viajar a Cuba a someterse a la última operación por el cáncer en diciembre, que el elegido para sucederlo era el canciller y vicepresidente Nicolás Maduro, hay otra figura que parece dispuesta a disputar el liderazgo del chavismo.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, representa a los sectores militares nacionalistas, los hombres más fieles a Chávez y sobre los que el mandatario se ha apoyado en incontables situaciones.
Por su parte, Maduro es más afín ideológicamente, alineado con los postulados socialistas defendidos por Cuba. A cargo del Poder Ejecutivo mientras Chávez se recupera en La Habana, lleva en sus hombros la responsabilidad de continuar con la revolución bolivariana.
A partir de estas dos grandes facciones, se dirimirá el futuro del país. Este sábado, la Asamblea Nacional escogerá a su nuevo presidente. Todo parece indicar que Cabello renovará su cargo al frente del Poder Legislativo.
Esto tiene determinadas implicancias políticas. En caso de que Chávez no llegue a asumir su nuevo mandato, Cabello se convertirá automáticamente en el mandatario de Venezuela en calidad de presidente de la Asamblea, aunque de manera provisoria hasta que se convoque a elecciones.
Sin embargo, si Chávez jura como presidente y luego se establece que no puede proseguir con su cargo, la Constitución establece que el país quede bajo las órdenes del vicepresidente, es decir, de Maduro.