(EU | PD BLOG) Peña Nieto y Obama, que ya se reunieron poco antes de asumir el presidente mexicano en diciembre, han dejado claro que quieren devolver atención al comercio, migración y otros asuntos de la amplia y complicada relación bilateral después de siete años en los que el gran tema público fue el clima de violencia que ha sufrido México con más de 70.000 asesinatos.
La Ciudad de México es la primera parada de Obama en un viaje de tres días que también le llevará a Costa Rica para asistir a una cumbre con líderes centroamericanos y que tendrá al comercio, la migración y la batalla contra los carteles como puntos destacados de la agenda. "Hemos dedicado tanto tiempo a los temas de seguridad entre Estados Unidos y México que a veces creo que olvidamos que se trata de un gran socio comercial responsable de enormes volúmenes de comercio y enorme número de puestos de trabajo en ambos lados de la frontera", afirmó Obama el martes.
La visita de trabajo del presidente Barack Obama a México, la primera al sur de hemisferio en su segundo mandato, esta resguardada por un ejército de alrededor de tres mil elementos del Estado Mayor Presidencial de México, de las Policías Federal y capitalina, y de 300 marines. "La Bestia", famosa limusine blindada de Obama, es la que transporte al mandatario a los diversos eventos que se llevarán acabo el 2 y 3 de mayo en la capital mexicana.
La relación entre estos países vecinos ha estado marcada en los últimos años por una estrecha cooperación para enfrentar a los poderosos carteles de la droga mexicanos que obtienen miles de millones de dólares por abastecer de cocaína, marihuana, heroína y drogas sintéticas a los consumidores en México y, sobretodo, en Estados Unidos.
Washington se comprometió a aportar 1.900 millones de dólares en ayuda, incluyendo entrenamiento policial y moderno equipamiento como helicópteros Black Hawk, para fortalecer a México en la lucha contra los grupos de narcotraficantes, que también perpetran un gran número de otros delitos como el secuestro o la extorsión.
En sus declaraciones, Obama señaló que hasta que no hable con Peña Nieto no podrá juzgar cómo su estrategia puede cambiar las relaciones en seguridad. "Estamos seguros de que vamos a tener una constructiva y eficaz relación en seguridad con México y esperamos escuchar de ellos cómo planean avanzar con ella", dijo Ricardo Zúñiga, asesor de Obama para América Latina.
Sobre la mesa de la reunión también estará el proyecto de reforma migratoria en Estados Unidos que discute el Senado. Dos tercios de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos son de origen mexicano y Peña Nieto señaló que ofrecerá a Obama su punto de vista sobre la cuestión migratoria.