(IB) - El presidente de los Estados Unidos compareció en público para defeder su política anteterrorista. Durante su discurso habló de los peligros que aún enfrenta el país, dentro y fuera de su territorio.
“Extremistas quieren acapararse territorios, si bien estamos vigilando podremos tener amenazas mas localizadas como Bengasi (el atentado contra el consulado estadounidense allí en 2012)”, alertó el mandatario. Además, explicó que la amenaza no está solamente fuera del territorio nacional sino que hay episodios en el propio suela estadounidense: “Individuos radicalizados en EEUU, ya sea en Wisconsin o el avión en Texas o el edificio federal en Oklahoma. Muchos individuos enajenados, locos, pueden causar daños enormes sobre todo si están inspirados por un yihad efusivo”.
Para el mandatario, “la escala de estas amenazas es muy parecida a la que enfrentábamos antes del 11-S”.
El presidente explicó que tras los atentados más terribles de la historia de los Estados Unido aprendieron que si no se hacía algo “esas amenazas podían crecer”. Es más, advirtió que todas esas amenazas “no salen de la nada, están basadas en una ideología en común, el islam que piensa que queremos destruirlo”.
Sin embargo, aclaró que “EEUU no está en guerra contra el islam. Y en una era que las imágenes pueden viajar de una parte del mundo al otro en un instante necesitamos el poder nacional para ganar la batalla de ideales”.
“Debemos terminar el trabajo de derrotar a Al Qaeda y asociaciones organizadas. Nuestras tropas regresaran a casa y trabajaremos con el gobierno de Afganistán para mantener una fuerza contra el terrorismo para que no puedan tener refugio para realizar sus ataques”, agregó.
“Estados Unidos debe involucrarse para evitar una crisis internacional. En este contexto, EEUU ha tomado medidas letales y puntuales en contra de Al Qaeda con aeronaves no tripuladas, conocidas como drones”, aseguró.