(PD BLOG/AS) - Según fuentes cercanas en España, ya se sabe no sólo dónde va a entrenar Mourinho, sino también lo que va a cobrar y otros datos que corroboran la extensión de las negociaciones que han tenido lugar al menos desde el mes pasado. Lo contó Sunday Times ayer. Mou firmará un contrato de cuatro años y se convertirá en el entrenador mejor pagado de la Premier (10 millones de euros netos). Las conversaciones entre el portugués y el dueño del Chelsea, Roman Abramovich, se realizaron la semana pasada según el dominical, pero en el club hace ya un mes que se cuenta con su regreso. La firma se estampará tras el último partido de la Liga BBVA (Osasuna).
Aunque se daba por hecho que Mourinho se refería al Chelsea cuando hablaba de un equipo "que me quiere más que otros", aquellas declaraciones sirvieron para presionar al magnate ruso que no quería ceder el control absoluto del club al portugués. Al final los dos se han encontrado a medio camino y ambos tendrán influencia en el diseño de la plantilla. El mánager hará retoques a partir de la venta de futbolistas, y la inversión millonaria de Abramovich en un delantero y un centrocampista, posiciones más caras, tendrá que ser consensuada. Mou también quiere un central, otro portero (Courtois se quedará en el Atlético) y un jugador de banda. Gusta el central Eliaquim Mangala, internacional Sub-21 del Oporto y Mourinho negociará con el Madrid por Modric si, como parece, está en venta.
Abramovich no tenía claro el regreso de Mou. Por ello contactó en numerosas ocasiones con Guardiola (invitándole incluso hace dos veranos a su yate), la última tras cesar a Di Matteo. Rafa Benítez fue también su primera llamada al desprenderse de Villas-Boas y tras la negativa de Pep, y hubo contactos con Pellegrini que prefirió el City.
Este sábado Mourinho dirigirá su último partido con el Real Madrid. Lo hará en el Bernabéu donde, en las últimas fechas, ha sido silbado por un sector mayoritario de la afición. Su relación con los madridistas no pasa por su mejor momento, la temporada en blanco (sólo ganó la Supercopa, un título "pequeñito") y sus encontronazos con jugadores importantes del vestuario y muy queridos por la parroquia del Bernabéu (Casillas, Cristiano, Pepe o Ramos) han provocado que en los últimos encuentros, cada vez que suena su nombre por la megafonía del estadio se escuchen numerosos pitos. La situación es tan incómoda que el técnico evita en lo posible salir a su área técnica y se queda refugiado en el banquillo junto a sus ayudantes.