(EN) - El Gobierno de Brasil estudia reforzar la seguridad del papa Francisco luego de las fallas ocurridas en su traslado desde el aeropuerto hasta el centro de Río de Janeiro el lunes, cuando el automóvil en el que se trasladaba quedó atrapado en el tráfico lo que permitió que fuese cercado por una multitud, y de las violentas protestas que se produjeron frente a la sede de la gobernación.
El vehículo en el que se desplazaba el pontífice quedó atrapado tres veces durante varios minutos, mientras las personas le tiraban regalos por la ventanilla y hasta intentaban tocarle para desesperación de sus guardaespaldas.
Las autoridades admiten errores de comunicación entre los diferentes organismos encargados de seguridad. La alcaldía de Río de Janeiro dijo que el chofer del automóvil se equivocó en el recorrido.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, sostuvo que no hay que dramatizar sucedido. "El secretario del Papa me confió que estaba asustado, pero que permaneció muy sonriente", añadió.
Horas después, una vez concluida la reunión del santo padre con la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, en el palacio Guanabara centenares de manifestantes que protestaban cerca de allí, contra el gasto público de 53 millones de dólares de la visita del Papa, fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y chorros de agua.
Según las autoridades, los incidentes comenzaron cuando un manifestante lanzó un cóctel molotov. Ocho personas fueron detenidas, según el último balance policial. El operativo de seguridad para la visita del pontífice dispone de unos 30.000 militares y policías.
Algunas organizaciones han revelado un cronograma de protestas a lo largo de la semana.