(PD-BLOG) - El Málaga se llevó esta noche el derbi andaluz de las necesidades mostrando más ganas y más intensidad que un fútbol que aún no encuentra Bernd Schuster. El desenlace in extremis no oculta las carencias de un equipo que juega a arreones y que, al menos, toma aire con un triunfo sufrido que deja al Betis, y a Pepe Mel, muy tocado.
Y es que malaguistas y béticos demostraron en la primera mitad porque están pasando los apuros que están pasando esta temporada. Poco fútbol sobre el patatal de La Rosaleda en el que se notó, eso sí, un poco más de intensidad por parte de los Schuster, que por fin repitió once. El trabajo del centro del campo malaguista impedía que un desdibujado Betis encontrase a Verdú, fundamentalmente por la labor del omnipresente Fernando Tissone, de cuyas botas nació precisamente el primer tanto local. Su balón en profundidad era centrado por Eliseu quien, a su vez, colgaba al corazón del área donde Roque Santa Cruz primero pifiaba hacia arriba su remate y, a la segunda, sí batía a Andersen ante la pasividad de la defensa bético y el cabreo, lógico de Pepe Mel.
El partido continuaba igual, con dominio sin peligro malaguista, hasta el minuto 34, cuando Serio Sánchez metió la pata. Concretamente para trabar a Vadillo en la frontal del área, permitiendo a Joan Verdú, sobrado de clase, poner el balón en la escuadra de Willy Caballero en el primer disparo del Betis en toda la primera mitad.
Fue en la segunda cuando se desató la locura. Si hace unos días el Real Madrid – Sevilla era puesto como ejemplo de locura futbolística con diez tantos, la de esta noche fue más bien una ida de cabeza de ambos conjuntos. Con el centro del campo perdido, la pelota iba y venía sin orden de un área a otra pero sin remates claros. Y en menos de diez minutos pasó de todo. Un brutal choque de cabezas en área bética entre Perquis y Fabrice acababa con el bético saliendo del césped en ambulancia, trasladado inconsciente al hospital, momentos antes de que Eliseu adelantase al Málaga tras recibir un buen balón de Portillo (más activo que en los primeros 45 minutos), recortar y batir a Andersen. Poco duró la alegría malaguista. En la acción siguiente, Vadillo colgaba al corazón del área un balón que el central Jordi Figueras remataba con tanta claridad como facilidad para devolver las tablas al marcador.
Y entre tanto festival de descontrol, precipitación y caos aparecían, pocas, las ocasiones. Juanmi, que entró por Roque Santa Cruz, perdía ante Andersen un mano a mano clarísimo. Jorge Molina se dejaba el balón atrás en un buen pase en profundidad y, minutos después, junto con Steinhöfer, se lió en un tuya-mía que Willy vio pasar de milagro. Willy, que mantuvo vivo al Málaga despejando un chutazo de Vadillo minutos antes, tras caño a Antunes.
Se llegó a los minutos de tiempo añadido con miedo y tensión, en la que se movió mejor el Málaga. Eliseu llegó hasta línea de fondo para dejar el balón atrás a Portillo. El remate de este tocó en un defensa y en el larguero y, esta vez sí, el rebote lo cazó Samuel para dar unos tres puntos más necesarios que merecidos a un Málaga que respira y pone fin a una racha de partidos sin conocer la victoria que crecía peligrosamente.
Ficha Técnica:
- Málaga: Willy; J. Gámez, S. Sánchez, Weligton, Antunes; Tissone (Samuel, m. 85), Darder; Fabrice (Anderson, m. 62), Portillo, Eliseu; y Roque Santa Cruz (Juanmi, m. 75).
- Real Betis: Andersen; Juanfran, Perquis (Caro, m. 55), Jordi Figueras, Nacho; Xavi Torres, Nono; Vadillo (Cedrick, m. 80), Verdú, Juan Carlos (Steinhöfer, m. 65); y Molina.
Goles: 1-0, m. 13: Santa Cruz. 1-1, m. 33: Verdú. 2-1, m. 60: Eliseu. 2-2, m. 62: Jordi Figueras. 3-2, m. 93: Samuel.
Arbitro: Undiano Mallenco (Colegio Navarro). Mostró tarjeta amarilla a Juan Carlos, Nono, Antunes, Portillo.
Estadio: La Rosaleda.