La posible prohibición de pasear a caballo por Central Park divide a Nueva York

(ABC) - Los carruajes de caballos que recorren Central Park son una tradición con más de un siglo de historia en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Y un paso obligado para muchos turistas. Pero su posible prohibición ha generado una confrontación de tono creciente con un resultado todavía incierto.

«Vamos a deshacernos de los carruajes y vamos a hacerlo rápido para que dejen de ser parte del paisaje de Nueva York. Son algo inhumano e inapropiado en el año 2014», advirtió el alcalde Bill de Blasio poco después de asumir el cargo a principios de mes.
Desde hace años, varias organizaciones de defensa de los animales han demandado la retirada de los caballos al considerar que trabajan en «cruentas condiciones».

Como alternativa, el Ayuntamiento de Nueva York se plantea sustituir los caballos por coches antiguos eléctricos que serían conducidos por las mismas personas que ahora llevan los carruajes.


Cincuenta dólares por veinte minutos

«No es lo mismo subir a un carro con caballos que subirse a un coche eléctrico: el paseo perdería mucho encanto si se cambia la tradición», manifiestaron a Efe Lilly y David Jessiman.
Antonio, conductor de carruajes de caballos que no quiso dar su apellido para no ser identificado, advirtió a Efe de que, a pesar de que el alcalde prometa que si se eliminan los carros ellos conducirán los nuevos coches eléctricos, en ningún momento «nadie» ha hablado con ellos de manera directa.

«La mayoría del recorrido que hacen los caballos es por Central Park y solo pasean por la carretera para entrar y salir del parque. Además, cuando hace mucho frío, menos de -7 grados centígrados, o mucho calor, más de 32, no salimos», explicó Antonio. Los equinos están bien cuidados, subrayó a Efe otro conductor de carruajes, Michael Boltica.
Los 220 animales activos en Central Park tienen cinco semanas de vacaciones por año y nunca trabajan más de nueve horas diarias, añadió Boltica.

Sacrificados

La organización People for Ethical Treatment of Animals (PETA), explicó a la agencia de noticias española que los animales se encuentran expuestos a temperaturas «extremas».
Además, el tráfico -respiran gases de escape que les causan problemas respiratorios- y las grandes aglomeraciones de personas no son buenos para los caballos, que cuando terminan su jornada tienen que ir a establos oscuros y húmedos donde no pueden tumbarse y descansar para el día siguiente, asegura la entidad.


Según PETA, que organiza de forma periódica protestas contra el uso de los caballos para carruajes de paseo, no es bueno que los equinos transporten «cargas demasiado pesadas». Y «sus piernas se debilitan al caminar durante horas por aceras duras».

PETA y la asociación American Society for the Prevention of Cruelty to Animals (ASPCA) han destacado que cuando los carruajes desaparezcan de Nueva York se encargarán de conseguir recursos para ayudar a los caballos, ya que «si éstos no encuentran un hogar tendrán que ser sacrificados».

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