(INFOBAE) - "Cuidamos de nuestra gente y la ayudamos siempre", asegura el CDG (Cártel del Golfo) en las imágenes que se dieron a conocer el 7 de enero (ver debajo) y que desde entonces se han viralizado, lo que causa preocupación y demuestra que el ejemplo del mítico narcotraficante colombiano se ha hecho carne en sus herederos mexicanos.
Newsweek se hace eco de este material y analiza la paradoja de la realidad económica mexicana, resaltada hacia el exterior por su presidente Enrique Peña Nieto sobre la base de sus florecientes industrias y sus progresos en educación, impuestos y energía.
Sin embargo, en el interior del país hay vastas regiones cada vez más copadas por las organizaciones criminales que consolidan su propia economía con el tráfico de drogas ilícitas. En ese ambiente se sienten seguros y no dudan en hacer demostraciones como la de la última Navidad, poniendo bajo su control a una población sin recursos que no vacila en cantar a su favor cuando se le requiere, a cambio de una bolsa de alimentos y juguetes.
Se trata de la renovación del sistema de relaciones públicas narco. No es una idea nueva. Escobar la llevó a cabo en sus años de oro, cuando construía estadios de fútbol, forestaba y se dedicaba a dar asistencia social a poblaciones enteras, que lo idolatraban y lo temían a la vez.
"Para Escobar, no importaba si eras un hombre, una mujer o un niño. Si tenías que morir, ibas a morir. Si tenía que matar a su padre, mataba a toda su familia", decía Max Mermelstein, un ex contrabandista de drogas, en declaraciones para el documental de 1997 El padrino de la cocaína, que Newsweek recuerda en su análisis.