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(PD
BLOG|WWD) Puede ser posible que la fama sea hereditaria, sin embargo para estas
tres hermanas nacidas en Los Ángeles, California, ha llegado a ser
mucho más.
Kimberly, Khloé y Kourtney Kardashian vivieron siempre muy cerca de
gente famosa y adinerada. Su padre, Robert Kardashian, había sido un
abogado más hasta que saltó a la fama mundial, al ser uno de los
defensores de su amigo, el trístemente célebre O. J Simpson, en el
juicio que se le siguió por el asesinato de su ex esposa Nicole
Brown. En el mismo caso se transformó en su portavoz y lo cobijó de
la policía en su propia casa en los dias posteriores al hecho.
Pero en aquella época las Kardashian, como se las conoce hoy en día, sabían poco de fama, dinero, viajes, flashes y cámaras
siguiendolas a todas partes. Luego del divorcio de sus padres, las
chicas K, regresaron al anonimato pero, mantenían estrechos vínculos
con otro par de chicas que empezaban a surgir como famosas, Paris
Hilton y Nicole Richie.
Con el paso del tiempo, las hermanas aprendieron a manejar la fama y
a sacarle el mayor provecho. Asi, no sólo se han vuelto el principal
objetivo de los paparazzis y las revistas de Hollywood, sino que
siempre van por un nuevo objetivo. Su tienda de ropa DASH esta
“invadiendo” las principales ciudades norteamericanas. Su reality
show “Keeping up with the Kardashians” va por su novena
temporada, alcanzando buenos niveles de audiencia. Han escrito un
libro contando toda su historia, han lanzado una linea de
desmaquillantes, y hasta un lápiz blanqueador de dientes. Y en estas
útlimas semanas han hecho el lanzamiento de una línea de ropa
infantil.
En cualquier parte del mundo a la que vayan, Kardashian es de un
tiempo a esta parte, un apellido asociado al dinero. Es el ejemplo
claro de que si bien la fama a veces llega como herencia, hay que
saber muy bien como hacerla producir y perdurar.-