(EL NACIONAL) - En mayo pasado, varios medios internacionales dieron a conocer una tendencia que ha ido creciendo en popularidad entre las mujeres: el llamado "lifting" de manos. Se trata de procedimientos para mejorar la apariencia de las manos, de manera que cuando llegue la esperada propuesta de matrimonio, ellas puedan mostrar orgullosas la fotografía de sus anillos de compromiso en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram.
Así, por ejemplo, el dermatólogo Ariel Ostad señaló a la revista "Cosmopolitan" que aunque los tratamientos para rejuvenecer las manos no son algo nuevo, sí se ha visto un incremento de alrededor de un 40% en ellos debido a las famosas "selfies".
¿Qué ocurre en Chile? "La mujer chilena está despertando a esto de la cirugía plástica (…) En los últimos 10 años ha habido un boom, se ha destapado, pero se atreven con el busto, el abdomen, las lipo (…) Aunque ahora están empezando a preocuparse más de los otros detalles, como las manos o la cara. Entonces, (el rejuvenecimiento de manos) es una pregunta frecuente, pero no súper frecuente", explica Rodrigo Contreras, director de Clínica Lo Curro.
El médico agrega que quienes consultan por lo general son mujeres de más de 40 años, que ya presentan cierto daño en la piel de sus manos como evidencia del paso del tiempo. Claro, porque las manos son una de las primeras partes del cuerpo que envejecen, debido a su permanente exposición al sol, frío y otras agresiones del medio ambiente.
"Se va adelgazando la piel, la grasa que está debajo también se va adelgazando y atrofiando. Empiezan a aparecer manchas, lesiones parecidas a las verrugas y, obviamente, las arrugas (…) El colágeno también se va alterando y la piel se va poniendo más laxa, menos firme", describe Contreras, quien prefiere hablar de "técnicas de rejuvenecimiento" en lugar de "lifting" de manos, porque -dice- no se trata de "estirar la mano y acortar el guante".
En este sentido, el médico explica que son dos los procedimientos que más se usan. El primero es el láser, el cual mejora la calidad de la piel. "Es una luz intensa que produce quemaduras controladas en profundidad y magnitud. Esto hace que la piel tenga que cicatrizar y, por lo tanto, se produce una reacción inflamatoria y se engruesa. Además, las manchas que habitualmente son superficiales, se eliminan", señala Contreras.
El segundo tratamiento consiste en inyecciones de distintas sustancias, todo con el mismo objetivo: enviarle una señal a la piel para que se engruese. De esta manera, puede inyectarse ácido hialurónico, el que -explica el médico- es una proteína que, al igual que una esponja, se llena de agua y aumenta el grosor de los tejidos. Otra posibilidad es inyectar colágeno, aunque Contreras lo considera como "un arma de doble filo".
"El colágeno es una proteína mucho más elaborada que el ácido hialurónico y en el fondo el cuerpo lo toma, aparecen unas células que se llaman macrófagos y se lo comen, transformándolo en otras proteínas. Recién ahí se va al hígado para volver a fabricar colágeno, pero si no tiene la señal de hacerlo en las manos, va a producirlo donde el cuerpo lo necesite", indica.
¿Y toxina botulínica? "No es conveniente", afirma Contreras, básicamente debido a que esa sustancia bloquea el movimiento de los músculos.
Otra alternativa es inyectar la propia grasa de la paciente, con lo cual se logra aumentar la cantidad de tejidos y, a la vez, provocar una reacción inflamatoria en el área que mejora la calidad de éstos.
"Pero la grasa tiene otra gracia: que lleva células madre. Éstas no están definidas en lo que quiere ser y se quedan ahí, se desarrollan y producen una estimulación de los tejidos para que se mejore el grosor de la piel y el aspecto de las manos", sostiene el médico.