(Sport).- Andy Murray disputa el domingo su cuarta final del Open de Australia. Todavía no conoce al rival, bien Novak Djokovic, bien Stan Wawrinka, el defensor del título pero lo que sí sabe es que llega al duelo en el mejor momento posible y tras ganar un enfrentamiento no sólo tenístico sino también físico y psicológico con el checo Tomas Berdych: 6-7 (6), 6-0, 6-3 y 7-5 en tres horas y 26 minutos.
Había mucha tensión en la Rod Laver Arena por las connotaciones externas del partido. El ex confidente y amigo de Murray desde que se conocieran en la Academia Sánchez-Casal de Barcelona, el venezolano Daniel Vallverdú, está ahora en el banquillo de Berdych. El checo salió dispuesto a dar el primer zarpazo y lo consiguió. Pero la estrategia ha dejado de funcionar a partir del segundo parcial a consecuencia del extraordinario juego defensivo del escocés y de su dominio de los intercambios desde el fondo de la pista, ayudado por su talento, que le permite improvisar golpes con los que consigue ángulos imposibles.
El físico de Tomas ha decaído. No así el de Andy, un tenista que trabaja con especial esmero la preparación. Los juegos y los sets han ido sucediéndose, con Murray mostrándose intratable con su saque. Un pequeño bajón en el cuarto set ha permitido a Berdych tomar algo de oxígeno e incluso disponer de dos bolas de ruptura que no ha sabido concretar. Ahí han terminado sus opciones porque, tras el aviso, el escocés ha vuelto a subir su nivel de saques para en cuanto ha tenido una oportunidad, sentenciar.
Hacía casi dos años (Wimbledon 2013) que Murray no lograba alcanzar una final de Grand Slam. En Australia aspira a convertirse en el primer tenista en la Era Open que levanta el trofeo de campeón tras tres finales perdidas en Melbourne Park: en 2010 ante Roger Federer y en 2011 y 2013 frente a Novak Djokovic. Busca su tercera corona de Grand Slam, tras el US Open 2012 y Wimbledon 2013... ambas ganadas contra Djokovic. Tendrá que esperar para saber si el serbio vuelve a cruzarse en su camino.
El británico Andy Murray ha dicho este jueves que se sentía orgulloso de su récord de cuatro finales alcanzadas en el Open de Australia, y que llega en la mejor posición posible para la del domingo. "Le he hecho correr a tope, lo que es importante", dijo Murray. "Estar en la final por cuarta vez después de perder con gente como Roger, Rafa o Novak no me gusta mucho, pero eso no sucede todos los días y por eso me siento muy orgulloso".
"En el tenis, lo importante es ser capaz de hacer ajustes y cambios cuando las cosas no van bien. Todo el mundo entra a un partido con un juego trazado e ideas sobre cómo quiere jugar", explica sobre el encuentro contra el checo Tomas Berdych, al referirse al primer set que perdió. "Pero luego tienes que variar tus tácticas basándote en el juego y lo que haga tu rival. Esta noche hice eso mismo sobre cosas con las que empecé al principio", ha comentado.
"Y necesitaré hacer lo mismo el domingo contra Novak o Stan, porque no siempre las cosas que crees que funcionan salen bien luego, hay que variarlas en mitad del partido. No tienen que salir de tu entrenador sino de tu propio cerebro", ha dicho Murray.
"En la pretemporada he hecho un gran trabajo con Amelie trabajando un montón de cosas, y sobre todo el físico. Perder finales es siempre frustrante, pero hacer cuatro es muy difícil, nada fácil. Y me siento orgulloso de mi récord aquí, e intentaré lo mejor el domingo, con las mejores tácticas posibles", ha añadido. "Para eso tengo un par de días para descansar lo mejor que pueda, y dar el máximo. Si es suficiente, genial, si no, no podré haber llegado en mejor posición", ha cerrado Murray.