(EL MUNDO) - La reverenda británica Libby Lane se convirtió hoy en la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra tras ser consagrada en una solemne ceremonia en la catedral de York, que fue interrumpida brevemente por la objeción de un espontáneo.
Lane asistió acompañada de su familia al servicio oficiado por el obispo de York, John Sentamu, durante el cual reafirmó su credo y juró obediencia a la ley canónica.
A mitad de la ceremonia, a la que asistieron casi dos millares de personas, se produjo el incidente con el espontáneo -posteriormente identificado como el reverendo Paul Williamson-, que se opuso a la consagración de la candidata después de que Sentamu pidiera la aprobación de la congregación.
"Hermanos y hermanas, habéis escuchado lo grande que es la carga que Libby asumirá y habéis escuchado sus declaraciones. ¿Es vuestra voluntad que sea ordenada?", preguntó el arzobispo, siguiendo el protocolo.
Al tiempo que los reunidos replicaban casi al unísono "sí, lo es", el reverendo opositor dijo: "No, no en mi nombre. No en la Biblia. Con respeto, su gracia, pido hablar sobre este impedimento absoluto".
Sin más atención al asunto, Sentamu leyó entonces una declaración ya escrita y repitió su pregunta, que fue contestada afirmativamente.
Tras la letanía y una plegaria de consagración, Lane, vestida con la tradicional túnica y alzacuellos púrpura, se arrodilló frente al arzobispo para que éste y otros presentes le tocaran la cabeza mientras rezaban.
Posteriormente, Sentamu la ungió en consagración y le entregó una Biblia, tras lo cual quedó proclamada en el cargo entre los aplausos de la multitud.
Con su consagración, Libby Lane se convierte en la octava obispa sufragánea de Stockport, en la diócesis de Chester (norte inglés), donde ya ha servido durante años y ha ocupado varios cargos.
Su nombramiento marca un hito en la Iglesia de Inglaterra, la más numerosa en el Reino Unido, que durante décadas se ha debatido sobre la consagración de mujeres al obispado, un asunto que en 2011 motivó la conversión de varios religiosos del protestantismo al catolicismo.
Lane, de 48 años y sacerdote desde 1994, fue elegida primera obispa por el Sínodo anglicano el pasado 17 de diciembre, después de que el julio anterior el máximo órgano rector aprobara la ordenación de mujeres y en noviembre el Parlamento tramitara la legislación correspondiente, con una enmienda a la ley canónica.
Para lograr el consenso en esta cuestión, la Iglesia de Inglaterra, también debilitada por el asunto no resuelto de las bodas entre homosexuales, ofreció a las diócesis que no quieran aceptar a una mujer la posibilidad de mantener un obispo.
Antes de la ceremonia de este lunes, Lane confesó a Radio Manchester que estaba "muy emocionada" con sus perspectivas de futuro.
"Es algo muy significativo que esto me esté sucediendo y la gente me ha apoyado mucho a nivel personal, pero en realidad se trata de un momento en la historia de la Iglesia", declaró.
Educada en la universidad de Oxford y ordenada sacerdote en la primera promoción de mujeres en el Reino Unido en 1994, Lane era desde 2007 pastora en las iglesias de St. Peter en Hale y St. Elizabeth, en Asley, en la diócesis de Chester.
Además, ha sido deán de mujeres sacerdotes en esa diócesis y en 2013 fue elegida, en representación del norte de Inglaterra, una de ocho observadoras en la Cámara de Obispos, como parte de un proceso para incluir a obispas en ese órgano.
En Inglaterra -las otras autonomías británicas tienen sus propias ramas anglicanas-, de 7.798 sacerdotes a tiempo completo, 1.781 son mujeres, las más veteranas de las cuales podrían cubrir plazas de obispo a media que surjan vacantes.
Además de en Inglaterra, de 165 países con presencia del credo anglicano -con unos 85 millones de fieles-, se acepta actualmente la ordenación de obispas en Irlanda, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos, con un total de 29 mujeres anteriormente consagradas.