Semana crucial para el deshielo diplomático entre Cuba y EE. UU.

Los presidentes de Estados Unidos y Cuba Barack Obama y Raúl Castro.(EL TIEMPO) - La primera visita de un grupo de congresistas demócratas a La Habana desde que Cuba y Estados Unidos acordaron, el mes pasado, restablecer relaciones abre una semana histórica para ambos países.

El punto álgido será el próximo jueves, cuando Roberta Jacobson, secretaria adjunta para Latinoamérica del Departamento de Estado, y Josefina Vidal, directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), aborden la hoja de ruta para la normalización de los lazos diplomáticos, rotos hace 56 años y que desde el 21 de diciembre se comenzaron a restaurar.

Antes de ese encuentro, el miércoles 21 se celebrará una nueva ronda del diálogo migratorio que ambas países empezaron a celebrar hace algunos años como parte de los acuerdos alcanzados en 1994 y 1995 para mantener una inmigración segura, legal y ordenada.

La delegación, encabezada por el senador demócrata Patrick Leahy, arribó el sábado pasado con el objetivo de pulsar sobre el terreno la opinión pública sobre el tema y las aspiraciones de estadounidenses y cubanos sobre las otras medidas, aparte de las anunciadas por Barack Obama, que entraron en vigor el viernes 16 y favorecerían la normalización.

Durante su estancia, que concluye este lunes, Leahy, senador por el estado de Vermont, y los representantes Debbie Stabenow, por Michigan; Chris Van Hollen, por Maryland, y Sheldon Whitehouse, por Rhode Island, se reunieron con funcionarios cubanos, diplomáticos estadounidenses, el cardenal Jaime Ortega, los embajadores de Colombia, España, México y Noruega, sociedad civil y líderes de la oposición.

El reto de los negociadores, quienes esperaban ser recibidos por Raúl Castro, será superar las zancadillas que seguramente intentarán poner ortodoxos de uno y otro lado.

Periodistas locales como Randy Alonso, moderador del espacio Mesa redonda, que defiende la posición oficial, sostienen que el nuevo escenario es de “confrontación política indirecta, en que Estados Unidos moverá nuevas y viejas fichas, para seguir en el mismo juego estratégico: un cambio de sistema en Cuba”.

Por su parte, Armando Hart Dávalos, de 84 años, exministro de Educación y Cultura y actual presidente de la Sociedad Cultural José Martí, invitaba en el diario Juventud Rebelde a “ir a las esencias que nos mueven desde el corazón y la razón, para así ser inmunes a la penetración cultural que representa el capitalismo”.

Para Arturo López-Levy, analista cubano y profesor de una universidad estadounidense, Obama y Castro atravesaron “un punto de no retorno” y “nunca han tenido un marco más prometedor desde que Jimmy Carter salió de la Casa Blanca, en 1981. Las posibilidades de una reforma económica comprensiva han aumentado y con ellas, las probabilidades de una mayor apertura y liberalización política en Cuba”, añadió.

Si el Departamento del Tesoro alivió las regulaciones, ahora le tocaría a Cuba agilizar los procesos para que esa apertura económica llegue al bolsillo de los cubanos.

Mientras, dos mujeres con sentido común, Jacobson y Vidal, negociarán el futuro de sus naciones empezando por lo más sencillo: determinar la apertura de sus respectivas embajadas, que, en el caso de la sede norteamericana en La Habana, sería el mismo edificio asomado al malecón capitalino, cuantificar el número de funcionarios que se acreditarán y otros asuntos de interés común.

Como afirma López-Levy, “el objetivo debe ser abrir la sociedad cubana a una mayor pluralidad, desde lo económico, social y cultural, subiendo hacia lo político, no derrocar al Gobierno”.

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