(HOLA) - Hoy, seguro que navegando por la red o echando un vistazo a un periódico te encuentras con algún artículo sobre el cáncer. Cifras, datos, avances, experiencias contadas en primera persona. Y es que hoy, 4 de febrero, es el Día Mundial Contra el Cáncer. Muchos de esos artículos transmitirán, no tenemos duda, un hueco para la esperanza. Y es que es mucho lo que se está haciendo en la lucha contra esta enfermedad, que es sin duda, uno de los grandes caballos de batalla para miles de investigadores en todo el mundo.
Nosotros hemos hablado con uno de ellos, el doctor Emiliano Calvo, oncólogo médico y presidente de la Fundación Intheos -que sigue realizando una encomiable labor con el objetivo de acercar a los pacientes los últimos avances en tratamientos e investigación contra el cáncer basándose en la terapia personalizada- y director de investigación clínica del Centro Integral Oncológico Clara Campal y del Programa de Ensayos Clínicos Fase 1 en Oncología START Madrid-CIOCC. Le hemos transmitido algunas de las preguntas clave sobre esta enfermedad que padecen al año millones de personas.
¿Qué es en realidad el cáncer? ¿Cuáles son sus causas?
El cáncer es una alteración de las células benignas en su ADN que, a pesar de ello, sobreviven a dicha mutación sin morir y, gracias a ello, desarrollan mecanismos autónomos de supervivencia y multiplicación que las convierten en independientes y “tóxicas” con respecto al resto de las células benignas del organismo. Dicha lesión en el ADN celular resulta de la exposición acumulativa a diferentes agentes de todo tipo y de errores en su reaplicación y, en cierta manera, sigue las propiedades darwinianas de la evolución, pero aplicadas a nivel celular.
En realidad, el cáncer representa muchas enfermedades diferentes, de manifestación muy variada, pero que comparten dichas propiedades comunes oncológicas de supervivencia, invasión local y a distancia e independencia, con respecto a los mecanismos de defensa y protección del resto del organismo (sistema inmune, señales controladoras de células normales), etc.
Es, no hay duda, el objetivo, pero ¿cree que conseguiremos que el cáncer se cure o que llegará el momento en el que el cáncer llegue a ser una enfermedad crónica?
Sí, estoy convencido y ese es, de hecho, el objetivo de todos los que trabajamos en ello; no nos conformamos con menos. Sólo con llevar vida sana, evitar el sedentarismo y la insolación, seguir una dieta equilibrada, no abusar del alcohol y no fumar, la incidencia bajaría en un 50%-60%. Asimismo, hay vacunas que ayudan a prevenir algunos tipos de cánceres de origen vírico, y empieza a haber avances en el desarrollo de medicamentos puramente preventivos. Si a eso le añadimos un esfuerzo y concienciación general para lograr la implantación universal del diagnóstico precoz, así como la progresiva optimización de los tratamientos disponibles cuando se aplican de manera individualizada, dentro de lo que se empieza a conocer como Medicina de Precisión en Oncología, los resultados actuales, ya hoy en día, en la lucha contra el cáncer serían realmente espectaculares, con una segura reducción extraordinaria, muy relevante, de la mortalidad derivada del cáncer.
Adicionalmente, el apoyo real, institucional y filantrópico, a la investigación oncológica, básica y clínica, sigue siendo fundamental, ya que hay muchos frentes importantes abiertos al respecto y sólo desde la generosidad de todos se seguirá avanzando en la línea adecuada para, un día no lejano, confío, conseguir dicho objetivo de la curación general del cáncer.
¿Tiene el cáncer un componente genético? ¿El cáncer se hereda?
Hay genes de predisposición a algunos tipos específicos de cáncer, que se transmiten con la herencia genética. Es importante subrayar que no son genes de formación de cáncer sino solamente de predisposición: hay personas con genes hereditarios que no llegan a desarrollar dicha enfermedad.
Y viceversa, ya que, por otra parte, habida cuenta la alta incidencia de esta enfermedad en el mundo desarrollado, no es infrecuente que varios miembros de una misma familia hayan pasado un cáncer sin que tengan genes hereditarios conocidos de predisposición al mismo. En estos casos podría ocurrir que los miembros de la misma familia compartan otros factores de predisposición que no son genéticos, como hábitos generales de salud, alimentación, etc.
Dieta, ejercicio físico… ¿Se puede prevenir su aparición?
Se sabe que los hábitos saludables de vida previenen de manera importante su aparición. Sólo con llevar una dieta equilibrada, del tipo de nuestra dieta mediterránea, ejercicio físico moderado diario, no fumar y no excederse con el consumo de alcohol, se generarían menos de la mitad de los tumores malignos. Por otro lado, los chequeos con mamografías, colonoscopias, y revisiones médicas, de acuerdo a las recomendaciones de la OMS, previenen en muchos casos la aparición del cáncer en estado avanzado, y el detectarlo cuando todavía está localizado y es pequeño facilita sobremanera su curación.
Hace unas semanas saltaba la noticia de un estudio publicado en Science que relacionaba el cáncer con el ‘factor suerte’, y cuantifica por primera vez que el 65% del riesgo de cáncer se debe al azar. ¿Cuál es su opinión?
Me parece que la interpretación que se ha hecho de dicho trabajo científico, a nivel más popular, no es la más adecuada. Dicho artículo viene a hablar de que aquellos órganos cuyas células madre se dividen con más frecuencia, tienen más riesgo intrínseco de desarrollar un cáncer, por tener más probabilidades de errores genéticos de su ADN al dividirse e intenta cuantificar el peso de los factores conocidos y desconocidos generadores de mutaciones pro-cancerígenas. Pero tiene sesgos diferentes en los que enmarcar sus conclusiones (no se analizan tumores muy frecuentes, ni poblaciones variadas, por ejemplo). Pero hablar de mala o buena suerte con respecto al cáncer, no me parece lo más adecuado, y, por otro lado, puede dar lugar a la equivocación de llegar a pensar que su aparición es inevitable y dependiente del azar en cada persona, cuando la realidad es que podemos hacer mucho por bajar nuestro riesgo individual de padecerlo.
¿Cuáles son los tipos de cáncer más difíciles de abordar?
Normalmente, aquellos que producen menos sintomatología o sintomatología menos florida en sus etapas iniciales, que es cuando, si se diagnostican entonces, son más fácilmente curables. También aquellos que, por su menor incidencia, hay menos esfuerzo general y mayor dificultad en el desarrollo de nuevos medicamentos y estrategias terapéuticas adecuadas. Por lo demás, estamos atravesando una década increíble en cuanto al desarrollo de fármacos innovadores antitumorales que están teniendo un impacto positivo en los resultados terapéuticos en prácticamente todos los tipos de cáncer.
¿El diagnóstico precoz sigue siendo un ‘seguro de vida’ en la mayoría de los casos de cáncer?
Por supuesto. Llevado al extremo, si fuésemos capaces de detectar el cáncer cuando sólo afecta a un “puñado” de células, su erradicación sería más bien sencilla. Esta área, la de detección precoz del cáncer, es de las más prometedoras en cuanto a potencial impacto en la cura del cáncer, y perfectamente abordable, incluso con mentalidad cortoplacista, desde los desarrollos tecnológicos tan espectaculares que estamos teniendo en los últimos años.
Hay dos momentos especialmente complicados para el paciente: el del diagnóstico y la fase de tratamiento, con sus secuelas físicas y psicológicas. ¿Cuál sería su consejo para abordarlos?
Desde la lucha proactiva del paciente y su entorno, lo cual implica información veraz y positividad de planteamientos, siempre se alcanzan mejores resultados terapéuticos objetivos y, también, en la esfera subjetiva personal. Hoy en día los nuevos tratamientos no producen los efectos secundarios del pasado, o los sabemos tratar mucho mejor. Ya no existe la “leyenda negra” de la quimioterapia en la mayor parte de los casos, si bien es cierto que no son tratamientos exentos de toxicidad. Dicho lo cual, y sin obviar que la vivencia personal de una enfermedad grave suele conllevar cierto sufrimiento por la potencial trascendencia de la misma, la realidad es que se puede ser perfectamente feliz y llevar una vida prácticamente normal con esta enfermedad en los casos en los que los tratamientos son efectivos, escenario cada vez es más frecuente.
¿Cuál cree que será el mayor avance en relación a la lucha contra el cáncer en la próxima década?
Diré cinco: prevención, detección precoz, biomarcadores, terapia de precisión personalizada e inmunoterapia. Y añado un desafío: ser capaces de hacer sostenibles los tratamientos y estrategias contra el cáncer. Actualmente, el elevado precio que conllevan hace imposible su universalización, con lo que más que impactar en la lucha global contra el cáncer, impactamos en el cáncer de la población y países pudientes, una minoría en realidad.
¿Y después del cáncer, qué? ¿Cómo debe afrontar su día a día un paciente que ha superado la enfermedad? ¿Puede recuperar su calidad de vida al cien por cien?
No sólo se puede recuperar la calidad de vida previa, sino que el hecho de haber superado una enfermedad potencialmente mortal como es un cáncer, muchas veces ayuda a reorganizarse y revisitar los planteamientos personales previos, la escala de valores y el enfoque vital de cada uno. Las personas que superan un cáncer (lo cual ocurre en cerca del 60% de los casos diagnosticados), además de tener una capacidad renovada para enfrentarse a los problemas del día a día, suelen ser más “disfrutones”, aprecian más la belleza y oportunidades del día a día y se suelen agobiar menos con las inconveniencias menores que, en general, son las que más habitualmente nos amargan el ánimo y disposición en este mundo tan frenético que vivimos.