(AP) - El gobernante partido Likud del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, logró una rotunda victoria en las elecciones del país según el recuento final del miércoles en una impactante remontada tras una ajustada carrera que había puesto en peligro su ya largo liderazgo.
Con casi todos los votos escrutados, el Likud parecía haber obtenido 30 de los 120 escaños del parlamento, una posición cómoda para construir un gobierno de coalición con sus aliados nacionalistas, religiosos y judíos ultra ortodoxos. Ese gobierno probablemente enfrentaría a Israel con la comunidad internacional en la cuestión de un posible estado palestino y seguiría chocando con la Casa Blanca por sus políticas de línea dura.
Las elecciones estaban ampliamente consideradas como un referendo sobre Netanyahu, que ha gobernado el país durante los últimos seis años. Sondeos recientes de opinión indicaban que estaba en problemas y atribuían una ligera ventaja al líder opositor Isaac Herzog, de la Unión Sionista. Los sondeos de salida habían reflejado un empate, pero cuando los resultados empezaron a llegar el miércoles por la mañana, el Likud dio un salto hacia delante. La Unión Sionista terminó con apenas 24 escaños.
Dados los resultados finales, está casi asegurado que el presidente israelí, Reuven Rivlin, que ocupa un cargo sobre todo ceremonial, encargue a Netanyahu que forme un gobierno. El actual primer ministro dijo que espera hacerlo pronto, en dos o tres semanas.
"Contra todos los pronósticos, logramos una gran victoria para el Likud", dijo Netanyahu a sus seguidores en la sede de campaña. "Estoy orgulloso del pueblo de Israel, que en este momento de verdad supieron cómo distinguir entre lo que es importante y lo que es periférico, e insistir en lo que es importante".
Netanyahu centró su campaña en cuestiones de seguridad, mientras que sus rivales prometieron abordar el creciente coste de la vida en el país y acusaron al mandatario de estar desconectado del día a día de la gente de a pie.
Es probable que trate de cambiar esa imagen incorporando a su gobierno a Moshe Kahlon, líder del partido en ascenso Kulanu, que se hizo con 10 escaños y centró casi toda su campaña en asuntos de economía cotidiana. Se espera que se convierta en el siguiente ministro de Finanzas.
Una coalición de cuatro facciones con apoyo sobre todo entre los árabes israelíes se convirtió en el 3er partido del país con 14 escaños y le dio a la minoría árabe una posición significativa en el parlamento por primera vez.
Apenas unos días después de que las encuestas le mostraran como favorito, Herzog reconoció la derrota el miércoles y llamó a su rival para felicitarle por la victoria. Indicó que no se aliaría con Netanyahu y dijo que prefería liderar la oposición.
"Creo que en este momento lo que Israel necesita más que nada es otra voz, una voz que ofrezca una alternativa y una voz que diga la verdad", señaló en declaraciones a la prensa ante su casa.
El regreso al poder de Netanyahu para un cuarto mandato augura problemas para los esfuerzos de paz en Oriente Medio y podría agravar las tensiones con Estados Unidos.
El mandatario ya tenía una complicada relación con el presidente Barack Obama antes de dar un gran giro a la derecha en los últimos días de campaña, cuando expresó opiniones de línea dura y contrarias a la postura de la comunidad internacional.
Así, en un llamativo cambio de política, se opuso a la creación de un estado palestino, un objetivo clave de la política de la Casa Blanca y la comunidad internacional. También prometió expandir la construcción en zonas judías del este de Jerusalén, la zona de la ciudad reclamada por los palestinos como su capital.
Es probable que los palestinos, hartos de años de estancamiento en sus negociaciones con el líder israelí, sigan adelante con sus intentos por presentar cargos de crímenes de guerra contra Israel ante la Corte Penal Internacional. También podrían producirse nuevos brotes de violencia.
Netanyahu enfureció a la Casa Blanca este mes cuando ofreció un discurso en el Congreso de Estados Unidos criticando el incipiente acuerdo nuclear con Irán. El discurso fue organizado por líderes republicanos y no coordinado con la Casa Blanca con antelación.
En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que Obama tiene confianza en que los fuertes lazos entre ambos países se mantengan mucho más allá de las elecciones, ganara quien ganara.
Durante la campaña, Netanyahu se presentó como el único político capaz de abordar los numerosos desafíos de seguridad del país.
Avi Degani, presidente del instituto estadístico Geocartography, que había previsto una victoria clara de Likud, dijo que al final la experiencia del mandatario se había impuesto.
"Había una situación en la que mucha gente quería reemplazarle, pero no había nadie por el que quisieran reemplazarle".
Rivlin se reunirá ahora con los 10 partidos que lograron escaños y escuchará sus recomendaciones sobre quién debería intentar formar el próximo gobierno. Después, el presidente encargará al candidato destacado, casi con seguridad Netanyahu, que forme una coalición que forme una mayoría en el parlamento. Netanyahu parece tener 67 parlamentarios favorables que se sumaría a un gobierno de derechas, pero aún podría dar una sorpresa y tratar de ganarse también a sus viejos rivales de centro.