(Venezuela al día) - En sus calles, bibliotecas y museos, en los medios de comunicación y en las redes sociales, Colombia homenajeaba este viernes a uno de sus hijos más célebres, el Nobel de literatura Gabriel García Márquez, al cumplirse este 17 de abril un año de su muerte.
Bajo el lema “Gabo vive entre nosotros”, el gobierno colombiano ha programado exposiciones, conferencias y presentaciones de danza, música y teatro para profundizar en la obra en la que el genio del realismo mágico “dejó cifrada su inmortalidad”.
“Queremos mantener vivo el legado de un escritor que logró, contra todo pronóstico, hacer una gran obra literaria recuperando las historias de su pueblo y de su familia”, dijo a la AFP Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional, donde este viernes se inauguró la muestra “Un espejo del mundo”.
En ella se puede contemplar la máquina de escribir en la que García Márquez gestó su novela cumbre, “Cien años de soledad”, y la medalla que recibió al ganar el Premio Nobel en 1982, entre otros objetos.
Fue la primera máquina eléctrica que tuvo, y que compró gracias a sus ingresos como periodista y cineasta.
“Él medio en broma decía que la máquina misma escribía las obras por él, porque estaba bastante impresionado por la tecnología, que pudiera hacer eso una máquina de los sesentas?, comentó a la AFP Nicolás Pernett, encargado del archivo García Márquez en la Biblioteca Nacional.
Afiches con la leyenda “Bienvenidos a Macondo”, el pueblo mágico creado por García Márquez, empapelan la capital colombiana convocando a la 28ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. Este año, Macondo es el invitado de honor del evento, que se realizará entre el 21 de abril y el 4 de mayo con un sinfín de actividades dedicadas al Nobel colombiano.
“Macondo vive, Macondo es un país imaginario, más real o casi más real que el nuestro, y es un Macondo que se renueva todos los días, con la lectura que cada uno de nosotros haga de Macondo?, agregó a la AFP Gaitán.
La celebración del “hijo del telegrafista de Aracataca”, el pueblo del norte de Colombia donde el 6 de marzo de 1927 nació Gabriel José de la Concordia García Márquez, tomaba incluso las redes sociales. Desde muy temprano en Twitter eran populares las etiquetas #GaboVive, #GaboViveEntreNosotros, #GraciasGabo y #UnAñoSinGabo.
“Gabito, te sentimos muy cerca. Para tu @FNPI_org no ha sido un año de ausencia, sino de una presencia distinta, renovada e inspiradora”, tuiteó Jaime Abello, para muchos guardián del legado periodístico del escritor a través de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) que dirige.
Mariposas amarillas por doquier
Alusiones a las mariposas amarillas, iconos de García Márquez, a entrañables personajes de sus libros y a sus citas más sonadas se repetían entre internautas de todas partes del mundo, así como fotos suyas junto a máquinas de escribir y de guayabera blanca recibiendo el Nobel en Estocolmo.
“#Colombia mira en el espejo de ‘Gabo’ a un año de su muerte y se acerca al hombre”, escribió la famosa bloguera cubana Yoani Sánchez.
Para el historiador Nicolás Pernett, los colombianos reconocen a su familia y a su historia en los libros del Nobel. “A pesar de que el escritor no está vivo, su obra está más viva que nunca”, dijo a la AFP.
En Aracataca, para muchos el Macondo real, también se sucedían los reconocimientos al hombre que con su imaginación desbordada los puso en el mapa. Tras aguaceros esta semana, según los aracateños para llorar a Gabo, hubo esta mañana una misa y se preveían actos folclóricos, una exposición de arte y varios conversatorios.
En todos los medios se hablaba de “un año de soledad” sin Gabo. “El Espectador”, el diario donde se formó como periodista y escritor, publicó un aviso fúnebre dedicado a Úrsula Iguarán, la matrona de la estirpe Buendía de “Cien años de soledad”.
El texto invita a “la inexcusable, imperdible e indispensable lectura” de su obra, recordando que el escritor se fue, al igual que el inmortal personaje, un Jueves Santo.
García Márquez, uno de los mayores exponentes del boom latinoamericano, falleció a los 87 años en México, país en el que residía desde su exilio de Colombia en la década de 1980.
De su vasto legado, que incluye cuentos, novelas, artículos periodísticos y guiones cinematográficos, destaca “Cien años de soledad” (1967), que lleva vendidos más de 30 millones de ejemplares en 35 idiomas.