Pero esto no es todo: otros paisajes de la zona cercana al centro del terremoto han sido levantados y otros han caído varios metros, según los datos recabados por el instrumento de radar de apertura sintética (SAR) del satélite Sentinel-1A de la Agencia Espacial Europea, que realizó diversas observaciones del desplazamiento de tierra tanto en Nepal como en las regiones limítrofes. Esta información fue comparada con las mediciones anteriores al terremoto, confirmando la palpable alteración en la forma de nuestro planeta.
Según la imagen facilitada por la NASA, las zonas coloreadas en rojo muestran movimientos en el suelo en dirección al satélite de hasta 1,4 metros; las zonas en azul muestran un distanciamiento desde el satélite; las zonas sombreadas en amarillo son aquellas en las que no se apreciaron cambios significativos.
Gracias a las mediciones del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y otros sensores, los científicos han podido confirmar que estos movimientos de tierra se realizaron hacia abajo o hacia arriba, es decir, disminuyendo o elevando la superficie de la Tierra.