El río Jordan, se seca.

Fuente: La patilla.
Anualmente, cerca de 800 mil cristianos viajan a Israel con la esperanza de poder, al menos, sumergir los pies en el mismo sitio donde Juan Bautista mojó la frente de su primo, Jesús de Nazareth, mientras el cielo se abría sobre sus cabezas y el Espíritu Santo descendía sobre ellos en forma de paloma.

Sin embargo, científicos y ambientalistas en una conferencia sobre el agua realizada en Aman, la capital jordana, lanzaron un verdadero grito de alarma.

El director de la organización ambiental supraregional Friends of the Earth Middle East (FOEME), Gidon Bromberg, dijo que el Jordán tenía hasta 65 metros de ancho antes de la intervención del hombre en la década de 1930. “Hoy el nivel llega en algunos lugares apenas a los tobillos y hay que esforzarse para ver agua”, alertó.

Álamos, sauces y nutrias han desaparecido del lugar. “La diversidad de especies se redujo a la mitad”, denunciaba Bromberg.

Unos 1.300 millones de metros cúbicos fluían anualmente por el Jordán hace 80 años. Hoy no supera los 100 millones, según denuncia el Corriere.

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