
Su localización actual, limitada al suroeste de la Península, podría extenderse de cara a explotar las 40 áreas aptas para su subsistencia detectadas en este estudio. Así mismo, las investigaciones determinan que es fundamental una buena conectividad entre hábitats para evitar el aislamiento de las poblaciones. Para ello han de tenerse en cuenta factores como el clima, el deterioro del suelo y la escasez de alimento. “Los planes de reintroducción deberían plantearse en otras zonas históricamente asociadas a este especie que en el futuro presenten las condiciones adecuadas", explica Miguel Bastos Araújo, director de esta investigación.