(PD BLOG) Las muertes se contaron por miles, pereciendo exactamente 2.973
personas, incluyendo 246 muertos en los cuatro aparatos estrellados
(ninguno de los ocupantes de los aviones secuestrados sobrevivió), 2.602
en Nueva York, muertos tanto dentro de las torres gemelas como en la
base de las mismas, y 125 muertos dentro del edificio del Péntagono.
Entre las víctimas se contaban 343 bomberos del departamento de bomberos de Nueva York, 23 policías del departamento de policía de la ciudad
y 37 policías de la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. A
fecha de hoy, aún permanecen 24 personas más entre la lista de desaparecidos.
Según las cifras presentadas por el Departamento de Salud en enero de 2002,
247 latinos estuvieron entre los muertos del atentado terrorista de
Al-Qaeda contra las Torres Gemelas, representando un 9% del total. De
estos, 25 eran nacionales de la República Dominicana, 18 de Colombia, 13 de Ecuador, 6 de Cuba, 4 de Argentina y 1 de Chile. En otros sitios, se habla de 15 muertos de México, así como otros de El Salvador, Honduras, Jamaica, Perú, Venezuela, Paraguay y Guyana.
Los atentados supusieron el ataque terrorista de mayor importancia contra los Estados Unidos de América, superando al atentado de Oklahoma City cometido por los terroristas de ultraderecha Timothy McVeigh y Terry Nichols que causó 168 muertos, y los ataques llevados a cabo por células de Al-Qaeda en 1998 contra embajadas de EEUU en los países africanos de Kenia y Tanzania.
Supervivientes
Según la Comisión del 11-S, aproximadamente 16.000 personas se
encontraban en las zonas de impacto del complejo del World Trade Center
en el momento de los ataques. La gran mayoría de ellos sobrevivió,
gracias a las labores de evacuación antes del derrumbe de las torres.
La barcelonesa Alicia Esteve se hizo pasar por superviviente del atentado. Adoptó una identidad falsa (Tania Head) e incluso llegó a ser presidenta de la Red de Supervivientes de la catástrofe del World Trade Center. Gracias a The New York Times se descubrió su fraude; y gracias al diario español La Vanguardia se reveló su verdadera identidad.