
Durante el asalto al crematorio, los ladrones dañaron una antigua urna que contenía las cenizas de Freud y su mujer.
Un portavoz policial describió el intento de robo como un acto despreciable y difícil de imaginar.
Freud creció en Austria pero se desplazó a Londres en 1938 con su mujer y su hija después de que los nazis anexionaran el país centroeuropeo.