
El audiovisual, de poco más de tres minutos de duración, trae consigo un mensaje que evoca a la emotividad pues la premisa central es que por más que la civilización humana avance, nada podrá reemplazar la satisfacción de realizar una buena acción.
La conmovedora historia de este joven tailandés que ayuda a sus semejantes se ha convertido viral y rápidamente ha alcanzado más de tres millones de reproducciones en YouTube.