
El Duque y la Duquesa de Cambridge se presentaron a Beyoncé Knowles, también conocida como reina Bey, y a su esposo Jay Z en la cancha de baloncesto. El príncipe Guillermo y la duquesa Catherine eran todo sonrisas al saludar a los reyes de la canción. Las dos parejas se estrecharon la mano y conversaron distendidamente durante unos minutos. La impactante Beyoncé, que tan acostumbrados nos tiene a sus mil y un cambios de look, vistió de impacto para la ocasión, y por ende para su encuentro real. Lució su larga melena lacia y con raya al medio e hizo alarde de sus sinuosas curvas con una blusa blanca con motivos en negro y una falda tipo lápiz a tono.
El Príncipe, segundo en línea al trono británico, dejó su traje en el Hotel Carlyle –después de haberse reunido ese mismo día con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca– y optó en su lugar por un atuendo casual para el evento deportivo. Parecía relajado y en su ambiente con una camisa de cuadros azul y roja y pantalones, mientras que la Duquesa anotó todos los puntos de elegancia en la cancha con un abrigo gris, del diseñador estadounidense Tory Burch, pitillo y tacones. Un detalle más de la Duquesa de Cambridge hacia la Capital del Mundo.
La pareja llegó en la primera mitad del juego, pero no llegó a sus asientos hasta el tercer cuarto donde estaban sentados junto a la leyenda de la NBA Dikembe Mutombo. Los Duques siguieron muy atentos el desarrollo del partido, ajenos a la expectación que despertaban en el público. Ninguno de los allí presentes les perdieron de vista en ningún momento y, con móvil en mano, se pusieron a la caza de una prueba gráfica que llevarse a casa de su verídico encuentro con los Duques.
También recibieron un caluroso aplauso en el centro de Barclays cuando fueron presentados a las multitudes a través de la pantalla del marcador, cariño que el príncipe Guillermo agradeció sonriendo y saludando a la cámara. Al final del partido, la pareja posó con el Rey de la NBA, LeBron James, que les hizo entrega de una camiseta de baloncesto para que el príncipe George haga sus primeros tiros a canasta.


