(ABC) - Hubo un tiempo en que el latín era la lengua de la autoridad. Hoy es el idioma oficial del Vaticano y de la Iglesia católica, pero todos dicen que es una lengua muerta, porque ya no sale de los libros ni de la liturgia ceremonial. El significado de sus palabras no muta, ni se contamina. No sirve para hacer negocios, ni para rodar películas, solo transmite intocados los dogmas de la fe. Sin embargo, el brillo de su lejano esplendor aún nos ilumina: «Ese sabe latín», dicen todavía nuestras abuelas del que se las sabe todas, rememorando el lejano fuego del poder y de la astucia. Quien conoce el secreto, lo domina.
Y eso es lo que consiguió la periodista italiana Giovanna Chirri: fue la primera en conocer un secreto, porque sabe latín, tal y como publica «Mujerhoy.com». Sentada en la sala de prensa del Vaticano, con su cuaderno de notas, Giovanna escuchaba y escuchaba largas disquisiciones en la lengua muerta, una mañana de febrero, mientras otros compañeros corrían a escrutar las fluctuaciones de la Bolsa o del mercado de escándalos. Fue entonces cuando Giovanna se topó con un diamante: el Papa estaba anunciando, en la lengua de los príncipes de la Iglesia, que estaba cansado y se sentía incapaz de seguir al mando del catolicismo.
A la periodista le temblaron las piernas, pero lo había entendido perfectamente. Así que corrió a contárselo a su redactora jefe y luego lo escribió en Twitter. Ella fue la primera en contar un hecho que no tenía lugar desde hacía siglos. La primera en alertar al mundo de un acontecimiento histórico, pero sobre todo, la primera en conocerlo de boca de su propio protagonista. Hubo un tiempo en que a las mujeres se las ridiculizaba si hablaban latín: se las llamaba «latiniparlas», como si fueran parlanchinas cacatúas exhibiendo su plumaje en una jaula. Por eso las mujeres aprendieron a estar atentas.
Como Giovanna, que recibió el mensaje reservado a los elegidos y pronunciado en la lengua de los príncipes. Pueden parecer caducas, pero las lenguas jamás mueren. Mientras sigan saliendo de la boca de los hombres, podrán revelar palabras que conmoverán al mundo. Y un oído atento será capaz de captarlas y de penetrar en el secreto. Eso es lo que hacen los periodistas. Eso es lo que hacen las mujeres que, como Giovanna, saben latín.
¿Quién es?
Giovanna, de 54 años. Estudió Letras Clásicas en el instituto y Filosofía Teorética en la universidad.
Es la experta en la Santa Sede de la agencia de noticias italiana Ansa, desde hace más de 20 años. En su perfil de Twitter se define como «vaticanista pasada de moda».
El 11 de febrero estaba en la sala de prensa del Vaticano, escuchando una conferencia de cardenales con motivo de la canonización de 800 mártires. Benedicto XVI pidió la palabra para anunciar que renunciaba a su ministerio.
Ansa dio la exclusiva mundial a las 11:46 horas, antes de esperar a la confirmación del Vaticano.