(El País) - Las primeras mesas se han comenzado a cerrar en Chile y los encargados electorales arrancan con el recuento de los votos de las primeras primarias presidenciales vinculantes y simultáneas de la derecha y la oposición. De acuerdo a los primeros resultados de la web del Servicio Electoral (SERVEL), con 6.912 mesas escrutadas (51%), la expresidenta Michelle Bachelet obtiene un 75,45% de las preferencias del pacto Nueva Mayoría, donde se enfrenta a tres candidatos.
En la derecha, el panorama es incierto y los dos candidatos de la Alianza, Pablo Longueira (Unión Demócrata Independiente) y Andrés Allamand (Renovación Nacional), disputan voto a voto.
La jornada se ha desarrollado con normalidad y, pese a que no existen cifras oficiales, todo hace prever que el proceso fue un éxito y que la participación ciudadana superará el 10% del padrón electoral (1,3 millones de sufragios). "La información que tenemos hasta ahora, extraoficial, es que en un proceso histórico, inédito, como son estas primarias, ha existido una participación y una inquietud de los ciudadanos por acercarse a votar y a participar de este proceso mayor a la que esperábamos", ha señalado la portavoz del Gobierno de Sebastián Piñera, la ministra Cecilia Pérez.
La mitad de las mesas escrutadas muestran que en las primarias de la oposición el candidato independiente Andrés Velasco se ha instalado temporalmente en un segundo lugar. El exministro de Hacienda de Bachelet, que mantiene una relación política y personal distante con su antigua jefa, no tiene el apoyo de ningún partido y disputa el liderazgo del centro político con el candidato democristiano Claudio Orrego. De consolidarse este escenario, la Democracia Cristiana sufriría un importante golpe electoral, pese a que desde mañana el partido se pondrá a disposición de la expresidente.
Fuentes del comando de Bachelet, que se ha instalado junto a su equipo en el hotel Plaza San Francisco, en el centro de la capital chilena, señalan que la expresidenta ofrecerá esta noche un discurso unitario y, si la diferencia con sus contrincantes de la oposición y la derecha es aplastante como indica la tendencia, se cuidará de no generar un clima de euforia y triunfalismo.
Desde mañana, la exjefa de Estado deberá enfrentarse a una difícil misión: conjugar en un mismo pacto de Gobierno las diferentes posiciones políticas de la oposición, que abarcan desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista. Bachelet deberá cuidarse a partir de este lunes de no decepcionar a los movimientos sociales –sobre todo el estudiantil- y cerrar los flancos al resto de candidaturas de izquierda que no han participado del proceso de primarias.