
En el lugar, acampaban en total 100 menores de 10 años pertenecientes a una agrupación cristiana. Algunos de sus cuidadores sufrieron fracturas al desafiar el tornado mientras buscaban que ninguno hubiera quedado sin refugio. Casas rodantes y construcciones quedaron destruidas. Las autoridades estiman los gastos en 200 mil euros, de acuerdo con el periódico Stuttgarter-Zeitung.