(PD BLOG) - José Mel Pérez, mejor conocido como Pepe Mel, fue destituido de Real Betis tras encadenar malos resultados que llevan al equipo del colista de la Liga BBVA. Mel llegó en el año 2010 al club bético, subiéndolos de categoría, encaminando altibajos y hasta enviarlo a una competición europea (Europa League). Viendo la trayectoria de Pepe Mel y teniendo en cuenta cómo ha trabajo con el equipo, ¿echarlo a la calle era lo mejor?
Un ascenso, un paseo por Europa, 17 canteranos debutantes y sobretodo, claridad de juego y saber cómo reaccionar, no ha sido suficiente para que la directiva de Betis se planteara continuar con Pepe Mel al mando. Cuando la noticia empezó como un rumor, la hinchada bética no dudo en salir a la calle a protestar. Y es que, a pesar de que actualmente Betis se encuentra como colista de la Liga BBVA, los béticos saben que no tendrán un mejor técnico como Mel. Porque él sabe cómo juega el Betis, sabe lo que le alegra a los béticos y sobretodo, sabe como remontar una situación.
Sus ruedas de prensa han sido extraordinarias en muchas ocasiones. Una mezcla entre sinceridad y simpatía, demostrando su enorme carisma. Siempre fue cercano a los aficionados, le gustaba sentir el beticismo que lo arropaba en cada momento. En las derrotas, nunca señaló a nadie, siempre defendió a sus jugadores. Ha perdido un puesto de trabajo, pero ha ganado un cariño que durará eternamente. A Pepe Mel le duele el Betis, sus lágrimas mostraban su sentimiento hacia la institución. Y es por eso, quizás, que a Mel lo echará de menos, porque él tenía tatuado al Betis en su corazón, y lo demostró en sus tres años en el club.
Por ahí dicen que los hombres no lloran, pero este hombre, en lo que fue su última rueda de prensa como bético, lloró como un aficionado, porque el siente los colores como ninguno. Sabe lo que se siente subir a un equipo como éste de Segunda a Primera división. Sabe lo que es conseguir un juego atractivo para su afición. Sabe como llevar a su equipo a una competición europea (llevándolos hasta la siguiente ronda). Y más importante, también sabe lo que es ver a los niños que una vez lloraron por su equipo, sonriendo porque se estaban consiguiendo logros.
Con un cambio radical en el equipo, con la salida de hasta siete piezas claves en la pasada temporada, el pasado verano vaticinaba ya un futuro complicado en Heliópolis. La entidad sevillana priorizó el hacer caja antes que el continuismo por un proyecto que derrochaba ilusión por los cuatro costados. Una situación que se ha vuelto crítica en las últimas semanas y eso es lo que ha ocurrido. La directiva del club le cayó encima al técnico cuando éste no contaba con todos sus jugadores y había perdido a muchos que se fueron en el pasado verano. A pesar de todo ésto, Pepe Mel nunca se quejó y siguió adelante, con la frente en alto ante cualquier situación.
Me hubiese gustado ver a Mel ahora mismo levantando a Betis, porque su afición, él mismo y yo sabemos que todo es posible, y de la mano de este técnico es mucho más fácil todo. Lo digo porque la actitud que suele tomar Mel ante la adversidad es increíble y todos lo saben, pero creo que la directiva no. De la mano del técnico madrileño, el Real Betis volvió a la élite en 2011, en una temporada impecable, coronada con el ascenso directo como campeón de la categoría de plata, es importante nunca olvidar esto. Una temporada para el asentamiento y el premio europeo llegaría en la 2012-2013.
La regularidad fue la tónica general el pasado curso, con varios jugadores como Rubén Castro, Beñat, Dorlan Pabón, Adrián o Campbell como protagonistas. Pero la mayoría de ellos de irían y eso pesaría como lo nombré anteriormente. El Betis no ha terminado de arrancar en esta temporada. Diez puntos de 45 posibles, sólo dos de los últimos 24 en juego, ha acabado con Pepe Mel en el paro. Ni la clasificación del equipo verdiblanco para dieciseisavos de la Europa League ha servido de oxígeno para el míster madrileño. Su fútbol ofensivo, estiloso, y con criterio, no ha servido para dejarlo en el puesto. El fútbol no da tregua y el pasado no sirve, un dicho que cobra más vida que nunca en la situación del ya ex técnico verdiblanco.