(EL PAÍS) - Cientos de cajas repletas de libros se han ido apilando en un almacén municipal desde hace meses con novedades editoriales que deberían haber sido distribuidas ya a las 30 bibliotecas que gestiona el Ayuntamiento de Madrid, pero quedaran varados por problemas administrativos.
Este retraso ha afectado particularmente a los títulos de ficción y de literatura infantil, cuya última remesa completa llegó a los centros municipales en 2012.
El año pasado, un conflicto judicial retrasó el reparto a las bibliotecas de gran parte de estos libros. Apenas días después de que solucionara, ya en diciembre, expiró el contrato con la empresa que se encargaba de distribuirlos, de forma que unos 5.250 volúmenes se quedaron apilados en cajas en el almacén de la Unidad Central Bibliotecas Públicas.
No ha sido hasta ahora, seis meses después, cuando se ha solventado este problema. En ese tiempo, se han sumado al retraso los libros adquiridos en 2014, de forma que son más de 30.000 volúmenes amontonados en cajas a la espera de llegar a los estantes de las bibliotecas municipales. La luz verde administrativa para reanudar el reparto se logró finalmente el viernes.
El Ayuntamiento ha comprado ya el 40% de nuevos títulos para este año
En 2012, el Ayuntamiento asignó un presupuesto de 24 millones para las bibliotecas municipales; los recortes presupuestarios impidieron aumentar fondos bibliográficos, fijados entonces en un millón de volúmenes.
En 2013, el número de préstamos previstos de usuarios cayó levemente, el presupuesto se redujo hasta 23,4 millones de euros (un 2,5%), pero se compraron 76.000 volúmenes.
No fue sin embargo un proceso fácil: de hecho, los libros no se renovaron durante más de nueve meses. El concurso público para nutrir las bibliotecas se adjudicó en agosto, pero fue recurrido en lo referido a los libros infantiles y de ficción. La justicia dio la razón al Ayuntamiento, pero en diciembre, de forma que no hubo tiempo material para comprar, catalogar y distribuir todos los volúmenes antes de que, el día 15 de ese mes, expirara el contrato en vigor para llevarlos a las bibliotecas.
De esta forma, 5.250 ejemplares quedaron apilados en cajas a la espera de que el Ayuntamiento licitase el nuevo contrato de distribución. El proceso ha finalizado esta misma semana. Entre tanto, la dirección de Bibliotecas siguió tramitando la compra de novedades: ha gastado hasta el momento el 40% de los fondos destinados a ello, 230.000 euros, y tiene previsto cerrar dos compras en otoño. Esos libros también estaban almacenados, a la espera de poder ser distribuidos.
Para evitar que se repitan los retrasos, el Ayuntamiento ha licitado en esta ocasión el contrato de distribución con la posibilidad de prorrogarlo un año más.
“Madrid sufre la desidia de este Ayuntamiento gestionado por el PP. Dejar encerrados en cajas libros de todos los madrileños por no haber previsto su traslado a las bibliotecas muestra el abandono deliberado al que nos someten con la cultura”, censura el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky.
“La alcaldesa, Ana Botella, debería entender de una vez que la cultura es un derecho de los vecinos y un promoverla un deber para quien gobierna la ciudad”, añade la concejal socialista Ana García d’Atri.
La red de bibliotecas municipales cuenta con 30 centros, aunque uno de ellos, el de Orcasur, funciona al mínimo debido a las obras de ampliación (pasará de 200 a 1.500 metros cuadrados), que comenzaron en agosto y terminarán previsiblemente en el último trimestre del año; el centro cambiará además su nombre por el del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
A fines de año o inicios de 2015 está prevista la apertura de la biblioteca del complejo de Barceló, cuyo centro comercial echará a andar en septiembre. Ya está comprado el mobiliario y los 20.000 volúmenes. En total, la red de bibliotecas municipales tiene 1,2 millones de volúmenes (unos 40.000 por centro) y siete millones de usuarios anuales.