(PD BLOG)- En el mundo de la belleza, una paleta en tonos blancos es el equivalente de la franela de algodón en la moda, un clásico. Sin embargo, su uso no es tan sencillo como el de esta pieza del clóset, para lograr verte elegante con este color hay unas reglas que hay que seguir.
En primer lugar, el maquillaje marfil refleja muchísimo la luz y dirige la atención a tu piel. Por eso, antes de usarlo, asegúrate de aplicar un tinte humectante o una base ligera para emparejar el tono de tu cutis.
Una vez hecho esto, puedes disimular cualquier resto de cansancio o alergia en los ojos con un delineador blanco. Además de abrir la mirada, ilumina y neutraliza el enrojecimiento de la línea del lagrimal. También puedes usarlo en tus labios, solo debes delinear ligeramente la V superior (o lazo de cupido) y difuminarlo con el dedo antes de aplicar el color como tal.
La sombra blanca con un poco de brillo brinda un look más despierto y unos ojos más grandes. Aplícala en el centro del párpado móvil y difumina hacia fuera. Luego, coloca un poco más directo en la esquina cerca del tabique. Dale el toque final con rímel negro en las pestañas superiores.
En resumen, así como la franela blanca por sí sola es cualquier cosa, lo mismo pasa con el maquillaje. Aprovecha y utilízalo para resaltar otros colores y rasgos, ya sea en un outfit en tonos veraniegos, o unos labios rojos y sensuales.
