(PD Blog) Su personalidad, lucha y trayectoria han trascendido con el pasar de los años, Florence es la pionera en la enfermería, una mujer con la genialidad de ser escritora, altruista. Se destacó por su habilidad en la numerología, su destreza matemática la hizo manejar perfectamente la estadística epidemiológica Su trabajo fue la fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja y autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la convención de Ginebra.
Según un informe de la Unesco, Nightingale se convirtió en una leyenda. La fama de heroína romántica de Florence Nightingale oscurece sus méritos como educadora. No obstante, la leyenda de esta mujer también tuvo consecuencias educativas. En efecto, gracias a ella se generalizó la formación de enfermeras, dando así origen a una nueva profesión para la mujer
Nightingale ha sido objeto de estudio como reformadora, como estadística, como administradora y como investigadora, pero los estudios sobre su influencia como educadora han sido escasos. La obra que relata sus experiencias en la formación de enfermeras (Baly, 1986) silencia el contexto más general de las ideas educativas de Florence Nightingale para centrarse en los aspectos administrativos, a menudo complicados, de los comienzos de la “Escuela Nightingale” de enfermeras.
Su educación y labor humanitaria siempre se gestionaron de forma mancomunada, su afinidad con la gente se consagró por cuidar a los enfermos y sanar a los heridos de la Guerra de Crimea. Esa labor en medio del conflicto bélico dio origen a los adjetivos de admiración con los cuales el mundo la conocería “La Dama de la lámpara”. Florence era fiel creyente de Dios y su inspiración por la medicina la atribuía a un Don otorgado
A los 17 años, Florence, según recoge en unos apuntes personales, tuvo una experiencia mística: sintió su “vocación”, una experiencia decisiva que fortaleció su convicción de que no estaba hecha para una vida ordinaria. Entre los 20 y los 30 años, hubo frecuentes conflictos con sus padres que proyectaban el matrimonio para ella, pero logró mantener tenazmente su independencia y viajó por el Mundo entero estudiando y practicando los principios de la enfermería.
Durante la guerra de Crimea no solo prestó colaboración a los soldados y heridos, Florence creo un vínculo de respeto y autoridad con los médicos para que se le permitiese de a poco ir aplicando sus reformas al sistema clínico. Allí en pleno apogeo hizo uso de sus dotes de escritores que también la hicieron destacar, Nightingale escribió cientos de cartas relatando su experiencia. Esto le hizo ganar fama mundial donde un grupo de seguidores funda el Fondo que lleva su nombre para que a su regreso a Londres pudiese empezar las reformas que se planteaba
“[…] educar no es enseñar al hombre a saber, sino a hacer”(Nightingale, 1873, pág. 576) Esa era la teoría de esta genio que es la precursora de la labor humanística para ayudar a los enfermos, la enfermería es hoy, una vocación admirable. En su honor, el juramento de los profesionales en el área lleva el nombre de Florence, así como su día se conmemora la misma fecha del cumpleaños.
Una figura destacada que con su genialidad logró cambiar el mundo, promotora de la educación, esfinge de la enfermería y una mítica heroína.
FUENTE: http://www.ibe.unesco.org/
