Roberto Gómez Bolaños: nace el pequeño Shakespeare

A lo largo y ancho de Latinoamérica, quienes ahora transitan la adultez, seguro recuerdan con una amplia sonrisa algunas tardes frente al televisor siguiendo las aventuras de un superhéroe poco común, o las desventuras de un niño de quién nunca se supo su apellido o con quien vivía en una casi destartalada vecindad. Personajes que marcaron la niñez de miles, surgieron de la inagotable creatividad de un gigante: Roberto Gómez Bolaños. Nace el 21 de febrero de 1929, siendo hijo de un talentoso pintor y dibujante, Francisco Linares Gómez. Estudió Ingenieria pero como algunos genios, esa nunca fue su vocación ni su profesión, lo suyo estaba en las letras, en la escritura. Aunque muchos intelectuales de la época hayan rechazado compararse con él, el pequeño Shakespeare, significado de su apodo “Chesperitio”, logró lo que pocos, encantar a millones de personas con sus geniales ocurrencias.

El director de cine Agustín P. Delgado vió en Gómez Bolaños a una versión de Shakespeare de corta estatura (el actor y comediante mide 1.60 mts) y así fue que nació “Chespirito”. Sus primeras armas fueron en la agencia de publicidad D'Arcy, como creativo cuando apenas contaba con 22 años, lo que llevó a conectarlo con los medios, la radio y la televisión.

A partir de 1950 se convirtió en un activo y muy solicitado guionista. Sus trabajos para el dúo Virtuta y Capulina, también lo llevaron a iniciarse en las lides de la actuación, sin embargo luego de la primer experiencia en Dos criados malcriados prefirió seguir escribiendo. Fue autor de guiones de los dos programas más vistos de la televisión mexicana: Cómicos y canciones. Y El estudio de Pedro Vargas entre los años 1960 y 1965. Desde aquel momento, y al surgir la Televisión Independiente de México, el éxito nunca dejó de estar a su alrededor. Fue llamado para que como escritor usara “a piacere” una media hora semanal en la televisora. Nacían entonces Los Supergenios de la mesa cuadrada.

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