Los ataques tuvieron como blanco las mezquitas Badr, en el sur de Saná, y al-Hashoosh, en la parte norte de la capital. Los atentados son los primeros a gran escala contra mezquitas frecuentadas tanto por musulmanes chiíes como sunís.
Los rebeldes chiíes, conocidos como hutis descendieron desde sus bastiones en el norte y se apoderaron de la capital en septiembre.
En Yemen se encuentra la rama más peligrosa y activa del mundo de la red terrorista Al Qaeda.