(PD BLOG) - A tan solo tres días de la
finalización de uno de los festivales de cine más importantes en todo el mundo es
de suma relevancia recalcar la manera con la que Cannes ha organizado este
evento. Un trabajo sin precedentes que se encuentra a punto de terminar pero
que deja un legado y otra página más en la historia de tan aclamado magno
evento. Sin más preámbulos el día de hoy comenzó con el estreno de la película taiwanesa
The Assassin del reconocido cineasta
procedente de China Hsiao-hsien Hou, quien recibe su séptima nominación a la
Palma de Oro con dicha producción. Como si fuera poco, en el palmarés de Hou no
se escapan sus tres reconocimientos por parte del Festival de Cine de Venecia,
destacando el León de Oro, en 1989 por A
City of Sadness.
La película gira en torno a una
justiciera que mantiene la paz en la provincia de Weibo, China. Cuando ella
decide desafiar la autoridad del gobernador, se ve enfrentada a un dilema:
eliminar al rebelde de quien está enamorada. Cuenta con la actriz taiwanesa Qi
Shu, conocida por interpretar “Lai” en The
Transporter (2002), como protagonista.
Seguidamente se proyectó la
película francesa Erran del
multigalardonado cineasta Jacques Audiard, conocido por haber ganado dos
Premios BAFTA al Mejor Filme Extranjero por The
Beat That My Heart Skipped (2005) y A
Prophet (2009), respectivamente. Además él es un viejo conocido del
Festival en curso pues en 1996 ganó el galardón al Mejor Guion por A Self-Made Hero. En esta oportunidad se
encuentra compitiendo por la Palma de Oro.
La cinta cuenta la historia
de Dheepan, un guerrero tamil que lucha por la independencia en Sri Lanka. Para
huir de su país, víctima de la violencia y la derrota, se marcha con una mujer
y un hijo que no son suyos hacia París, con la esperanza de encontrar una vida
mejor. Al llegar a la ciudad, van de hogar de acogida en hogar de acogida.
Cuando consigue trabajo como conserje de un edificio, él deberá luchar
nuevamente por una nueva vida pues la situación es precaria y su hogar es
frágil.
Luego vio la luz el largometraje
rumano The Treasure del experimentado
director Corneliu Porumboiu, conocido por haber ganado los Premios Un Certain
Regard y FIPRESCI de Cannes en el 2009 por realizar la comedia dramática Police, Adjective. El proyecto sigue a
dos vecinos que se enfrenta a una serie de desaventuras en su cruzada por buscar
un tesoro enterrado en el patio de la casa de uno de ellos.
“Al comienzo, quería hacer un documental. Un amigo, Adrian Purcarescu, que es actor y director, me contó la leyenda según la cual los habitantes del pueblo de sus bisabuelos habían enterrado su fortuna antes de la llegada de los comunistas. Me llevé a un equipo de la película conmigo y se unió un especialista con un detector de metales. Todos juntos partimos a la caza del tesoro. No lo encontramos, así que decidí realizar una película de ficción”, alegaba Porumboiu cuando le preguntaban sobre cómo había surgido la idea del filme.
Por último pero no menos
importante, el noveno día de la Croisette culminó con el estreno de la película
también procedente de Francia, The Other
Side, del cineasta italiano Roberto Minervini, quien recibió dos
reconocimientos por parte del Festival de Cine de Venecia en el 2012 por
realizar el drama Low Tide (2012).
En un territorio invisible,
al margen de la sociedad, en el límite entre la ilegalidad y la anarquía, vive
una comunidad afligida que hace frente a una amenaza: caer en el olvido. Veteranos
sin armas, adolescentes taciturnos, drogadictos que buscan en el amor una
salida a su dependencia, antiguos combatientes de las fuerzas especiales que
siguen en guerra con el mundo, mujeres jóvenes y futuras madres a la deriva,
viejos que no han perdido el gusto por la vida. En esta humanidad escondida, se
abren los abismos de la América de hoy en día.
“Mis sesiones de rodaje suelen ser agradables. Puesto que se llevan a cabo en circunstancias y ambientes limitados, es indispensable que todo el equipo viva una experiencia positiva. Le doy una gran importancia a los "tiempos muertos", esos momentos en los que nos dedicamos a pescar o a jugar al fúbtol, y me gusta que las jornadas de rodaje sean cortas. Esta actitud relajada es indispensable cuando filmas un documental y trabajas con actores no profesionales. Pero cuando rueda la cámara, las tomas son muy intensas, tanto físicamente como mentalmente”, dijo Minervini en referencia a cómo son sus rodajes.