(PD BLOG) - A medida que el Festival de
Cannes se desenvuelve en el marco de la celebración de su edición 68, una mayor
cantidad de países empiezan a decir presentes brindando una diversidad
audiovisual sin fronteras. En su segundo día de proyecciones se presentaron dos
producciones japonesas, una italiana, una rumana y una australiana, siendo ésta
última la única fuera de competición, es decir, sin opción a recibir algún
galardón al final de la semana más que el honor de proyectarse en un mercado
sumamente respetado, crítico y prestigioso. Como de costumbre, cada uno de
dichos largometrajes tuvo su previa rueda de prensa con sus realizadores
principales seguido de su respectivo estreno.
El primer filme que vio la
luz fue uno de los dos procedentes de Japón, mejor conocido bajo el nombre de Sweet Red Bean Paste y que cuenta con la
dirección de una cineasta muy conocida en Cannes: Naomi Kawase. Ella no solo ha
sido nominada en cuatro oportunidades a la Palma de Oro a lo largo de su
carrera, sino que también ganó la Cámara de Oro (Mejor Ópera Prima) en 1997 por Suzaku y el Gran Premio del Jurado en el
2007 por The Mourning Forest.
Dicha película se encuentra
participando en la sección Un Certain
Regard y sigue la amistad que se forma entre un ex convicto convertido en
un mánager de una pastelería y un cliente regular del lugar. Sin embargo, un
supuesto secreto podría cambiar el futuro de la pastelería si se llega a
revelar.
“Sweet Red Bean Paste es una adaptación de una novela original. Es la primera vez que hago una adaptación. Desde que leí el libro, estaba convencida de que iba a hacer una película. Creer en la existencia de "lo invisible" y luego enfrentarse a su silencio: es la evolución de este invisible silencioso lo que he querido mostrar a través de esta película”, comentó Kawase cuando le preguntaban sobre sus influencias en la realización de la cinta.
Tras esto tuvo lugar la
proyección de la primera película que compite para llevarse la Palma de Oro y
se trata de la producción italiana Tale
of Tales, la cual es dirigida por Matteo Garrone (nominado a tres Palmas de
Oro y ganador de dos Premios del Jurado por Gomorrah
en el 2008 y Reality en el 2012,
respectivamente) y protagonizado por los mundialmente conocidos Salma Hayek (Frida, 2002) y Vincent Cassel (Black Swan, 2010).
Dicho filme es una colección
de cuentos del siglo 17 escritos por el
napolitano Giambattista Basile poblados por dragones marinos, pulgas y
murciélagos gigantes, castillos maravillosos y laberintos. Fábulas no edulcoradas,
a menudo realistas, y con una buena dosis de crueldad. En otras palabras relata
la historia de tres reinos vecinos, de un rey fornicador y libertino, de un
soberano que prodiga su atención a un animal extraño, y de una reina
obsesionada por el deseo de tener un hijo.
“En realidad, lo que encontré en Basile fue un montón de material que me obsesiona en mi trabajo: la metamorfosis, el cambio del cuerpo -incluso la cirugía plástica, el afán por parecer siempre un niño-, el deseo -más allá de los límites- que genera conflictos. Basile es un creador que bucea muy bien en esos sentimientos”, alegó Garrone.
A continuación se proyectó la
cinta rumana One Floor Below, la cual
participa en la sección Un Certain Regard
y cuenta con la dirección de Radu Muntean (nominado en el 2010 en ésta misma
categoría por Tuesday, After Christmas).
Es un drama estilizado e intimista en torno a la pareja y el adulterio pues
cuenta la historia de un hombre que presencia un crimen y se ve confrontado a
un dilema: acudir a la policía o guardar silencio.
“Teo Corban y Lulian Postelnicu son de los mejores actores con los que he trabajado. Además han logrado crear un lazo muy especial. Es precisamente este lazo lo que guía la atmósfera de tensión presente en la película. Me gustaría trabajar de nuevo con ellos en el futuro”, dijo Muntean sobre los protagonistas de la película.
Seguidamente se estrenó el
segundo proyecto del día procedente de Japón conocido como Our Little Sister para el mercado mundial y que cuenta con la
dirección del experimentado cineasta Hirokazu Koreeda, conocido por haber
recibido tres nominaciones a la Palma de Oro, destacando que este año, a dicho
palmarés, se le suma su cuarta nominación en la sección pues Our Little Sister compite por el
prestigioso galardón.
El largometraje narra la
historia de tres hermanas que descubren durante el funeral de su padre la
existencia de Suzu, una hermanastra de 13 años a la que deciden acoger bajo su
techo. Es una exploración con sutileza de las dinámicas familiares.
“La belleza del ser humano alcanza su apogeo cuando los lazos naturales que rigen la familia se ven fragilizados o sufren una ruptura. Soy menos admirador por una vida sin desgarrones que por una vida que encuentra el sentido a las rupturas existenciales”, expresó Koreeda.
Por último pero no menos
importante, la mega producción australiana, que tuvo un presupuesto de 100
millones de dólares y cerca de seis meses de rodaje para recrear un universo realista
digno de una pesadilla, Mad Max: Fury
Road tuvo su estreno la Croisette destacando que no forma parte de ninguna sección
pues simplemente tuvo el honor de proyectarse en el Festival.
Con la realización de unos 3
500 “story-boards”, la confección de miles de vestidos y la construcción de 150
vehículos, la película cuenta con la dirección del mundialmente reconocido George
Miller (ganador del Óscar a la Mejor Película Animada por Happy Feet, 2006) y el protagonismo de Tom Hardy (Warrior, 2011) y Charlize Theron (ganadora
del Óscar a la Mejor Actriz por Monster,
2003).
Dicho filme transcurre 45
años desde el fin del mundo. La Tierra ha perdido todos sus recursos: no hay
agua potable ni electricidad. Atormentado por su terrible pasado, Max
Rockatansky (Hardy) decide permanecer solo para sobrevivir, lejos de toda
civilización. En este universo post-apocalíptico, se une a una banda de
rebeldes capitaneada por la Emperatriz Furiosa (Theron) que huye de una banda
enemiga que le pisa los talones. Al frente se encuentra el Señor de la guerra,
Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne). Comienza una persecución infernal por el
desierto para huir de él.
“Mi deseo es hacer que el público salte de sus asientos, conducirle a través de un viaje caótico y accidentado, y que en el proceso aprenda a conocer a estos personajes y los eventos que les condujeron a vivir esta historia”, opinó Miller.