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Después de medio siglo de dictadura, Benedicto XVI reconoce el esfuerzo para «renovar y ensanchar sus horizontes».
A todo ello «cooperará ese inmenso patrimonio de valores espirituales y morales que han ido conformando» la identidad más geninua de Cuba. Esos valores, subrayó Joseph Ratzinger, «se encuentran esculpidos en la obra y la vida de muchos insignes padres de la patria, como el Beato José Olallo y Valdés, el Siervo de Dios Félix Varela o el prócer José Martí».
En Cuba, el futuro ha ya comenzado. El Papa ofrece al gobierno colaboración para llevar a cabo el cambio. Es decir, una reedición caribeña de la “ospolitik” que cambió la historia del siglo XX, cuando cayó pacíficamente el Muro de Berlín. El afecto de los fieles cubanos reanuda los hilos de la memoria y hace que Benedicto XVI cite la triunfal visita de su predecesor.