En su quinta final de Grand Slam para Murray lo consiguió, emulando a su actual entrenador Ivan Lendl. Luego de perder la final este año de Wimbledon contra el numero uno del mundo Roger Federer.
El partido comenzó con errores no forzados y perdiendo sus respectivos saques. Djokovic que no pudo sostener sus saque en el quinto juego, aún así Djokovic recuperó el quiebre y en el octavo juego puso el empate a 4-4, hasta así llegar hasta el tie-break en el que salió victorioso Andy Murray en una hora y 27 minutos.
Murray muy confiado en él mismo, inició el segundo set de forma avasalladora y le rompió el saque dos veces a Djokovic, que no podía todavía adaptarse al fuerte viento que hacía en New York. Pero el fuerte autoestima y la fuerte mentalidad de Djokovic logró quebrarle el saque dos veces a Murray y ganar el de él para así empatar todo 5-5. Pero Murray no se descuido y mantuvo su servicio. Con ayuda de su excelente revés y una derecha que cada vez es más peligrosa logró quebrar el saque del serbio por tercera vez en el set y así llevarse el segundo set 7-5.
Todo parecía a que a Murray ganaría más fácil de lo que parecía a Nole, pero no. El serbio que nunca se da por vencido asumió el rol que estaba teniendo en el partido, salió a buscar el partido como sino tuviera nada que perder y ante un tituviante Murray logró ganar el tercer set gracias a su elevado juego, su gran defensa, y los errores no forzados de su rival, que cada vez estaba más y más inseguro ante la seguridad de un Novak, que se acostumbró a las condiciones del día.

En el tercer game del quinto y definitivo set, Murray le volvió a quebrar el saque al serbio que cada vez mostraba más su cansancio, aunque luego de ese game logró recuperar un quiebre. Las piernas le pesaban a Nole, y gran culpable de eso fue Murray que le hizo pelotear y correr mucho, el jugador escocés volvió a ser el que ganó la medalla de oro. Ya en el sexto game, sirvió excelente y luego volvió a quebrar el saque del serbio para así, sacar para set.
Djokovic pidió la asistencia del médico justo después de terminar el game, acto que no gustó nada a los aficionados neoyorquinos, que apenas vieron la acción empezaron a abuchearlo y el mismo Djokovic los apludia por estar abucheandolo, el publico estaba a favor del escoces. Volvieron a la pista y Murray con su servició selló una victoria histórica.
El partido duró cuatro horas y 54 minutos, se quedó a sólo uno de empatar el de mayor duración en la historia del Abierto, en el que Murray consiguió un total de 160 puntos por 155 de Djokovic. Murray se sacó la espina de no haber ganado ningún Grand Slam. Rompió la maldición 776 años sin ningún británico siendo campeón de algún grande. Ahora ya no es: "Federer, Nadal y Djokovic han ganado los últimos 29 de 30 Grand Slam con la excepción de Del Potro", ahora es "Federer, Nadal y Djokovic han ganado los últimos 29 de 31 Grand Slam con la excepción de Del Potro y Murray".
Contra todo pronostico logró reinventarse y ahora, ya está en el libro de oro del tenis.
Djokovic pidió la asistencia del médico justo después de terminar el game, acto que no gustó nada a los aficionados neoyorquinos, que apenas vieron la acción empezaron a abuchearlo y el mismo Djokovic los apludia por estar abucheandolo, el publico estaba a favor del escoces. Volvieron a la pista y Murray con su servició selló una victoria histórica.
El partido duró cuatro horas y 54 minutos, se quedó a sólo uno de empatar el de mayor duración en la historia del Abierto, en el que Murray consiguió un total de 160 puntos por 155 de Djokovic. Murray se sacó la espina de no haber ganado ningún Grand Slam. Rompió la maldición 776 años sin ningún británico siendo campeón de algún grande. Ahora ya no es: "Federer, Nadal y Djokovic han ganado los últimos 29 de 30 Grand Slam con la excepción de Del Potro", ahora es "Federer, Nadal y Djokovic han ganado los últimos 29 de 31 Grand Slam con la excepción de Del Potro y Murray".
Contra todo pronostico logró reinventarse y ahora, ya está en el libro de oro del tenis.