Mucho se habló de la contratación de una de las revelaciones
de la temporada pasada, Francisco Alarcón "Isco". El "Golden Boy" del 2012 se veía y aún se ve como
el futuro del Real Madrid, ese jugador deslumbrante que hace magia con la
pelota, con dribles de aquí para allá, un autentico 10 (aunque 23 sea su dorsal
actualmente) llevando los hilos de la delantera blanca con clase y calidad.
Todo era color de rosa para el chaval, jugando gran cantidad de minutos en la
pretemporada, dando la victoria en el partido inaugural de la Liga, siendo
consistente en el once inicial, demostrando la calidad de jugador que es y
haciendo valer sus declaraciones al no besar el escudo merengue en su
presentación "Quiero ganarme el honor de besar este escudo", felicidad
y más felicidad, hasta que llegó Gareth Bale.
Entre Bale y las pruebas de Carlo Ancelotti, Isco fue quedando en
un segundo plano, tanto que fue sentado en la banca unos cuantos partidos y
entrando de suplente en unos pocos. Ya la perla no brillaba como antes pero
estaba ahí, esperando su momento, paciente, la lesión de Sami Khedira le dio paso
otra vez para volver a ser titular y como todo crack este no decepcionó, asistencia,
gol y por sobre todo calidad. Mañana tendrá otra oportunidad de lucirse pero esta vez en Champions League contra el Galatasaray y en su casa, el Bernabéu y por lo que se ve no creo que decepcione. Francisco
Alarcón el español que puede hacer olvidar al madridismo del alemán.
