La soberbia se paga caro. Opinión: Ronald Nazar

   El fútbol es un deporte hermoso, no solo lo digo por los goles de media distancia, los regates de CR7, Ronaldinho, Messi, Iniesta, etc, o por la facilidad que posee esta disciplina para hacer que durante 90 minutos o mas se nos olviden crisis, decepciones y hasta obligaciones, estableciendo un solo problema sobre la faz de la tierra y es que nuestro equipo se lleve la victoria.

    No solo admiro la hermosura que nos ofrece el deporte rey dentro de la cancha, sino mas bien, fuera de ella, sus aportes y enseñanzas son algo, que al menos a mí, me han hecho crecer. Si somos un poco cuidadosos y analíticos, después de cada partido, el fútbol nos deja un mensaje, personalmente lo tomo como una lección. Sé que muchos de ustedes no ven el fútbol como yo lo veo, así que a continuación les daré como ejemplo, tres partidos que me dejaron una reflexión en común y con estos explicaré cual es mi punto.

Final de la UEFA Champions League 2005. Liverpool FC - AC Milán. Estadio Olímpico Atarturk.     

   
Los italianos terminaron ganando el primer tiempo por 3 - 0, con un gol apenas al minuto 1 de partido del recordado Paolo Maldini, seguido del doblete del argentino Hernán Crespo (39',44') que en ese momento parecía enterrar a los ingleses. El segundo tiempo fue totalmente distinto, el Liverpool salió a devorar al rival, y en tan solo 10 minutos marcaron Steven Gerard (54'), Vladimir Smicer (56') y Xabi Alonso (60') para empatar a 3, resultado que se mantendría hasta el final de la prorroga. Al final todo se decidió en tanda de penales, dejando como resultado la victoria de los "Reds" en lo que se denominó desde ese día como "El milagro de Estambul"

Final de la UEFA Champions League 2012. Bayern Munich - Chelsea FC. Allianz Arena

  El Bayern Munich había tenido una copa envidiable, le había pasado por encima a cualquier rival, dejando en el camino al Basel FC, al Olympique de Marsella y al Real Madrid sucesivamente. Además afrontaban la final en su patio, con su plantilla completa y la moral por las nubes, todo lo contrario del Chelsea, los ingleses habían cambiado de técnico debido al bajo rendimiento en la Premier League, dejando a Roberto Di Mateo al mando y por si fuera poco no estarían sus dos mediocampistas estrellas, los brasileños Oscar y Ramírez, uno por lesión y el otro por sanción. Con todo en contra los futbolistas del Chelsea, en especial Didier Drogba, jugaron el mejor partido de su vida, que aunque desde el pitazo inicial estuvo en dominio alemán, al final de todo los "Blues" se llevarían la victoria en una tanda de penales de infarto, tras empatar a uno después de jugarse los 120 minutos del reglamentario mas los dos tiempos extras.

Amistoso Internacional 2008. Venezuela - Brasil. Foxboro, Estados Unidos.

Esta sin duda es mi lección favorita. Brasil llegaba a los Estados Unidos con un favoritismo mas que marcado y merecido, la pentacampeona del mundo iba a enfrentarse contra una selección que nunca había trascendido en nada, no había ido a un Mundial, jamás había pasado de cuartos de final en una Copa América y lo más importante, jamás había podido derrotar a la canarinha.  Sin importar que en cancha habían hombres como Alexander Pato, Dani Alves, Robinho, Luisao y Luis Fabiano, el caraqueño Ronald Vargas hizo el partido que determinaría el futuro de su carrera. Una asistencia a Giancarlo Maldonado apenas al minutos 6' y después un gol al 44' acompañado de una gambeta que dejaría plantado y sin cintura al defensa central Luisao, acabarían con el yugo que ejercían los amazónicos sobre nosotros.


   Los tres casos tienen en común una característica muy propia de los clubes o selecciones grandes y de renombre, la soberbia. No me vengan a decir que un club tan importante de Europa como el AC Milán no se sintió superior al Liverpool al final de esos primeros 45 minutos, de hecho lo fueron, futbolísticamente hablando, el detalle estuvo cuando los jugadores de la escuadra italiana dejaron que los dominara su soberbia y menospreciaron a su rival con burlas, exceso de confianza y un irrespeto que solo cuando se está dentro de la cancha puede sentirse. Esa falta de respeto, al ser percibida por los ingleses, se convirtió en un sentimiento que en el deporte se usa muchas veces de motivación extra, la venganza.

   Adicional a la grandeza y autosuficiencia que puede generar ser soberbio, en el segundo y tercer partido expuestos en mi análisis, existen otros dos componentes que completaron el cúmulo de acciones psicológicas que impulsaron al Chelsea y a la selección venezolana de fútbol a ganar esos partidos. El primer factor son las ganas de romper con la historia y con los supuestos, nadie fuese apostado ni un centavo a que estos iban a salir ilesos de sus respectivos enfrentamientos, no porque fuera imposible, sino porque el peso histórico los proyectaba hacia otra derrota, era lo lógico.

   
   El segundo es el más especial de todos. La aparición en escena del jugador diferente, atrevido e irreverente, que en estos casos fueron Didier Drogba y Ronald Vargas respectivamente, aplican como una especie de motor fundamental para que un equipo pequeño tenga éxito ante un grande, ubicando a los "Blues" dentro del grupo de los pequeños bajo el contexto de lo anteriormente expuesto y respetando toda la trayectoria que posee el equipo londinense.

      Más que dejarles mi opinión acerca de la soberbia, la intención fue demostrarles cómo este antivalor ha afectado la historia de algunos clubes del mundo del fútbol y en consecuencia beneficiado a otros.   


Related Posts