
“Aquí sé cómo masca la iguana, cómo corre el agua, sabemos cómo está todo. Tenemos la fuente de la gente. Sabemos cuántos muertos y secuestros hay. Cuántos ranchos han robado, qué ministerios públicos, notarios y policías están con ellos. Sabemos la corrupción que hay en la presidencia municipal”, describe el religioso sin pelos en la lengua.
Su cruda exposición lo ha llevado a recibir amenazas de muerte de parte del crimen organizado, por lo que además de su vestimenta de protección acepta que los guardaespaldas cuiden de su seguridad personal. Hace más de una década que los narcotraficantes dominan la región de Tierra Caliente, tejiendo una red que López conoce bien y que ha llevado a la aparición de milicias civiles llamadas “autodefensas”. El religioso tampoco desconoce su funcionamiento.