ACTUALIDAD: Libertad de expresión en Venezuela

La responsabilidad de conocer de dónde venimos es ineludible, reflejarnos en hechos del pasado y visualizar claramente hacia dónde vamos, Venezuela es un país que parece ser una interrogante que le hacemos al destino, vulnerable, cambiante, las libertades en medio de transformaciones que nos dieron república, que mancharon las páginas de la historia, que enaltecieron las gestas y donde siempre, por encima de cualquier atropello, visión, convicción o atadura ha logrado imponerse la verdad, la libertad, en los ciudadanos del mundo que siguen queriendo saber qué, donde, cuando y como pasa. 

 Doscientos años después de la independencia, doscientos años después de la primera página de prensa, 60 años después del camino republicano, 15 años después de una estocada avasallante que llamaron revolución, en la actualidad la libertad de expresión sigue luchando, sigue tratando de penetrar cada tuétano con una metástasis de verdad, de información, donde nadie quiere quedarse callado, hoy el país es un festín de noticias, sobra, falta, abandona, golpea y se arremete contra quienes informan, contra quienes creen en la verdad absoluta o en el periodismo sesgado, pero la libertad de expresión, sigue siendo un derecho imponderable. 

 Tras el fallecimiento del presidente Chávez y con la reestructuración política, los procesos transitorios de gobierno y la llegada de Nicolás Maduro Moros al poder ejecutivo, los vicios, los atropellos, las acusaciones contra los medios no han dejado de existir, de hecho, la oposición también crítica, también acusa, también descalifica, a esos que con oficio diario dicen imponer la verdad, su verdad, la de sus periodistas, la de sus editores, la verdad de la gente. 

La venta de medios de comunicación de trayectoria informativa como el canal de noticias Globovisión, la editorial Cadena Capriles, las transformaciones en unión radio, despidos, renuncias, la autocensura y la imposición propagandística son parte del día a día de la información, del periodismo, de las comunicaciones venezolanas. 

 Dice Nitú Pérez Osuna que “El periodista ejercerá su pasión periodística así sea escribiendo con su sangre en un muro de piedra” dicen quienes aún permanecen en la nueva Globovisión que ellos seguirán allí “defendiendo espacios” cada vez más limitados pero muy importantes, Shirley y Vladimir Villegas intentan no ser equilibristas en un vaivén de invitados que analizan el país que es un vaivén, un simple vaivén de buenas y malas noticias donde unas abundan más que otras.

 El diario El Nacional defiende el papel literario en siete días, donde las bobinas de la materia prima se están acabando, El Impulso puede ya no ser tan fuerte, El Universal cada vez es más pequeño, La Verdad parece ser cada vez más estrecha, los diarios, periódicos, encartados pasaron de las letras a las voces, a unas voces que reclaman conciencia “Nuestra fibra es la verdad” y la verdad no se compra con las divisas que Cadivi o el Sicad no les asignan a los diarios impresos, la verdad parece costar caro.
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Posiblemente la verdad esté siendo noticia y por eso, la actualidad venezolana ve como se desgasta la tinta en unas mínimas hojas de información, hojas de papel tallado, manuscrito, impreso, con un texto tecleado en la tarde o tal vez a medianoche, un texto que tal vez nadie quiera escribir, pero es su trabajo, es el trabajo de la información “25 mil muertes violentas en un año” un viacrucis para conseguir el papel y la crucifixión de un titular que no es más que realidad de un país, un país que aún tiene libertad de expresarse. 

 La realidad de los medios de comunicación venezolanos es cada vez más subjetiva, abunda o escasea el presupuesto, textos informativos que se encuentran con la literatura de tener que censurar un ¡No Joda! Para que al gobierno le suene bien, pero sigue habiendo libertad, existe la posibilidad de informar, de hacer buen periodismo, la realidad debe ser autocrítica no solo con lo que hace el gobierno sino con lo que como ciudadanos estamos dejando de hacer, el periodista no se calla, el periodista no deja de escribir y la verdad nunca dejará de ser la verdad, desde un tweet, en un carta, en un cartón escrito con sharpie, la libertad debe prevalecer, la libertad de expresión, porque no es una regalo del gobierno ni la oportunidad de la vida, es un derecho Humano, ineludible, obligatorio.

"La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio" Cicerón


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