(PD BLOG) Estar
en la portada de Vogue, es para muchas celebridades alcanzar la cima
de su éxito, pues con ello no solo logran tener el beneplácito de la inquebrantable editora, Anna Wintour, sino que pasan a estar en
boca de todos, fans y colegas.
La
idea surgió de Kanye West, hace un tiempo. Él, amigo personal de
Wintour por su faceta de diseñador, se había obsesionado con la
idea de que su prometida Kim Kardashian estuviera en la portada de la
famosa publicación. Dicha obsesión lo llevó a tener largas e
intensas charlas con la editora, quien en un principio no se había
mostrado afín a la idea.
Pero
la última edición de Vogue, demuestra que el rapero Kanye West, sí
puede lograr todo lo que se propone, porque también él es parte de
la producción fotográfica, la cual además logra convertirse en un
asunto familiar, ya que la pequeña North West, hija de ambos también
está incluida, y todos han posado para el lente de Annie Leibovitz.
Sin
embargo la nota no transcurre solo en apariencias, hablan de su nueva vida como padres y de la familia, definen sus vidas como
“creativas” y cuentan que siempre buscan involucrar a su pequeña
hija en el proceso de crear, diseñar y por qué no, de cambiar el mundo, sin pasar por alto su inminente boda, ni la búsqueda del
vestido de novia perfecto para Kim.
Kim
Kardashian agrega en esta ocasión un logro más a su fama y a su carrera, siempre de
la mano de su no menos famoso prometido: la portada de Vogue.
Foto: www.vogue.com