(EU) - Pamplona dio el domingo el pistoletazo de salida a las fiestas de San Fermín, que durante nueve días mantendrán la capital de Navarra invadida por una marea humana vestida de blanco al ritmo de la fiesta y de los tradicionales encierros de toros.
A las 12 en punto del mediodía, decenas de miles de personas se agolpaban en las calles del centro histórico de la ciudad, en el norte de España, para presenciar el "chupinazo", un disparo desde el balcón del ayuntamiento que marca el comienzo de las fiestas, informó AFP.
Los pamploneses se mezclaban con los miles de turistas que acuden para ver la fiesta que le ha dado a Pamplona fama internacional. El atuendo tradicional es ropa blanca con un cinturón rojo y un pañuelo del mismo color anudado al cuello.
Mañana a las 8 de la mañana se producirá el primer encierro en el que seis toros de más de media tonelada harán en unos minutos el recorrido de unos 850 metros entre las estrechas calles de Pamplona.
Los más atrevidos corren junto a los animales que suelen ir a toda velocidad, mientras que otros prefieren mirar desde las barreras o los balcones de las calles por las que pasa el recorrido.
Los encierros, en los que han muerto 15 personas desde 1911, la última en 2009, se repetirán todos los días hasta el 14 de julio. El recorrido lleva a los toros hasta una plaza en la que se guardan hasta que van a morir en la corrida de la tarde.
A las 12 en punto del mediodía, decenas de miles de personas se agolpaban en las calles del centro histórico de la ciudad, en el norte de España, para presenciar el "chupinazo", un disparo desde el balcón del ayuntamiento que marca el comienzo de las fiestas, informó AFP.
Los pamploneses se mezclaban con los miles de turistas que acuden para ver la fiesta que le ha dado a Pamplona fama internacional. El atuendo tradicional es ropa blanca con un cinturón rojo y un pañuelo del mismo color anudado al cuello.
Mañana a las 8 de la mañana se producirá el primer encierro en el que seis toros de más de media tonelada harán en unos minutos el recorrido de unos 850 metros entre las estrechas calles de Pamplona.
Los más atrevidos corren junto a los animales que suelen ir a toda velocidad, mientras que otros prefieren mirar desde las barreras o los balcones de las calles por las que pasa el recorrido.
Los encierros, en los que han muerto 15 personas desde 1911, la última en 2009, se repetirán todos los días hasta el 14 de julio. El recorrido lleva a los toros hasta una plaza en la que se guardan hasta que van a morir en la corrida de la tarde.
