
Esta es apta para todo tipo de personas, desde ancianos, hasta adultos, aunque es altamente recomendada para tratar la obesidad, los dolores en las articulaciones y los huesos, ya que ayuda a adquirir mayor fuerza, flexibilidad, coordinación y tonificación.
Es una actividad de bajo impacto, en la que el cuerpo tiene menor peso y los músculos están más relajados por estar sumergidos en el agua. Además permite estirar y fortalecer con un menor riesgo a padecer lesiones.
Se ha comprobado que es más efectivo que el yoga tradicional, debido a que el medio acuático permite una mayor relajación, concentración y encuentro con el subconsciente.
Se puede practicar en cualquier superficie que contenga agua: en el mar, en el río, lago, piscina, jacuzzi e incluso en la bañera.
A continuación varias imágenes de Britta Trubridge, una profesora de yoga y fitness muy reconocida, quien hace esta práctica bajo el mar: