
El sector generó más de 21 millardos de euros (más de 22 millardos de dólares) en ganancias a partir de los casi 46 millones de turistas que visitaron la ciudad el año pasado, lo que hace de esta industria la número uno en París. También representa 500.000 empleos, reportó CNN.
Desde el lunes pasado cayeron las acciones en la bolsa de grandes grupos hoteleros franceses, como Accor (que perdió hasta 6%), y de compañías como AirFrance y Aeropuertos de Francia, según el portal Milenio.
El director general de la Junta de Turismo de París, François Navarro, señaló que ahora hay tres veces más policías en cada sitio turístico en la ciudad, y agregó: “El mensaje para los turistas es que estamos operando de nuevo y estamos listos para recibirlos”.
Bruselas también ha sido víctima del miedo. Desde que Bélgica elevó al máximo su nivel de alerta, los bares del centro histórico de la capital están casi desiertos. Patrick, un camarero que trabaja en la taberna Roy d’Espagne, opinó que el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, tomó una decisión “muy exagerada” al desplegar militares y vehículos blindados en las calles de la capital, por temor a que ocurran atentados yihadistas similares a los de París.
Yván Roque, presidente de Horeca, la mayor federación de dueños de hoteles, restaurantes y bares de Bruselas, dijo: “Tenemos que dejar trabajar tranquilamente a las fuerzas de seguridad y darle prioridad a la seguridad de nuestros clientes, aunque ya es complicado desde un punto de vista financiero”.
Las autoridades instauraron la medida de seguridad como parte del operativo de búsqueda de Salah Abdeslam, el octavo terrorista que participó en el ataque en Paris. Las medidas permanecerán hoy. El Metro y los colegios continuarán cerrados. Y el Órgano de Coordinación para el Análisis de Amenazas hará un nuevo análisis de la amenaza.