¿Revocatorio, jugada de alto riesgo para el chavismo y la oposición?

Un empleado de la Asamblea Nacional retira una gran imagen del fallecido presidente Hugo Chávez del edificio legislativo el miércoles.


El gobernante venezolano Nicolás Maduro retó esta semana a la oposición a que convocara un referendo revocatorio –planteamiento que luce arriesgado para alguien con un nivel de popularidad del 20 por ciento– pero que tampoco sería una apuesta fácil de ganar para la oposición, dijeron analistas.

Si fuese solo por el potencial número de votos que podrían ser emitidos contra Maduro, entonces en la propuesta para remover al actual líder de la revolución Bolivariana cuenta con suficiente respaldo.

El 75 por ciento de los venezolanos evalúa negativamente la gestión de Maduro y el 62 por ciento de la población considera que es necesario salir del gobierno de Maduro para comenzar a resolver los problemas del país, según una encuesta de la firma Datincorp elaborada en diciembre.

Pero analistas consultados advirtieron que ese triunfo no está asegurado, en parte debido a que para ganar la posición tendría que superar los 7.59 millones de votos que el chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) le atribuyó a Maduro en los comicios del 2013, y en parte, precisamente porque el régimen controla férreamente a ese organismo electoral.

“Esa cifra de más de siete millones y medio de votos en este momento raya dentro de lo que es posible para la oposición”, comentó desde Caracas Alfredo Keller, presidente de la encuestadora Alfredo Keller y Asociados.

Y eso se presta para que el régimen, con el poder para manipular el proceso que ha demostrado en los comicios pasados, pueda a través de la adulteración de un número proporcionalmente bajo de votos alterar el resultado final de la elección.

En las elecciones del 6 de diciembre, los partidos de oposición congregados bajo la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), obtuvieron 7,726,066 votos, frente a los 5,622,844 que obtuvo el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, según los datos brindados por el CNE.

Pero esos números lucen muy raros, dijo Keller al resaltar que la mayoría de las encuestas pronosticaban que la oposición obtendría una mayoría mucho mayor.

“Es algo que la gente no habla mucho porque la oposición logró obtener una mayoría calificada en la Asamblea Nacional. Pero es imposible que teniendo una diferencia de más de 22 puntos porcentuales, el PSUV haya terminado teniendo el 45 por ciento de la votación. Es evidente que hubo una manipulación de la votación el 6 de diciembre”, señaló Keller.

El riesgo a la manipulación, y el hecho de que el chavismo ahora sí estaría dispuesto a hacer cualquier cosa para no perder una elección que sacaría a Maduro del poder, significa que el proceso también es peligroso para la oposición salvo que logre desmontar el control que el régimen ejerce sobre el poco transparente CNE.

En su primer discurso como nuevo presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup anunció que una de las primeras tareas del poder legislativo será encontrar en seis meses una fórmula constitucional que permita salir de Maduro.

Horas después, un desafiante Maduro retó a la oposición a que sometiera esa propuesta a la voluntad del pueblo a través de un referendo.

“Que convoquen a un referéndum revocatorio, y bueno, el pueblo decidirá, decidirá, […] será el pueblo quien decida”, dijo Maduro durante un contacto telefónico con el canal del Estado VTV.

Pero aún cuando la retórica del gobernante bolivariano sugiere que no le teme a la convocatoria, lo cierto es que su nivel de popularidad tampoco es idóneo para medirse en las urnas.

Y lo que es peor para el régimen, la tendencia podría empeorar con el correr de los próximos meses en la medida que se profundice la grave crisis económica y social por la que atraviesan los venezolanos.

“La gente ya está brava con Maduro”, explicó Marcos Hernández López, presidente de la firma Hernández Hercon.

“El pueblo venezolano se desconectó mayoritariamente de la revolución bolivariana, producto de la misma crisis, y nosotros creemos que la actual tendencia va a seguir. La revolución entró en un tobogán, y ya no cubre las expectativas de los venezolanos”, manifestó.

Por el momento luce poco probable que en el correr de los próximos meses Maduro logre recuperar el capital político que ha perdido desde que llegó a la presidencia en el 2013.

Para hacerlo, tendría que dar un gran viraje y distanciarse de las políticas económicas aplicadas por el régimen en los últimos 15 años para de esa manera comenzar a tratar las grandes distorsiones que han desembocado en los mayores índices de escasez y de inflación registrados en la historia moderna del país.

“Si Maduro corrige, es posible que muchos de los que se fueron regresen. Muchos de ellos no le acompañaron en las elecciones de diciembre, pero esos electores no votaron a favor de la oposición”, manifestó Jesús Seguías, presidente de DatinCorp.

“Pero si no hay corrección en materia económica, Maduro perdería un referendo revocatorio, incluso a pesar de los errores que cometa la oposición. Si no se produce esa corrección, ellos están condenados, de aquí en adelante, a derrotas consecutivas”, señaló.


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