
Las creaciones del ingeniero estadounidense Brian Chan encajan perfectamente en la rama del origami moderno, pero fieles a la tradición, son coloridas y complejas piezas construidas a partir de un solo pliego de papel. Según palabras del propio Chan, su pasión por el origami comenzó a temprana edad en el jardín de niños, hobby que retomó con mayor frecuencia posteriormente cuando se encontraba estudiando ingeniería en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en Estados Unidos.

Para no errar sus movimientos, Chan traza primero una retícula con figuras geométricas que le indicarán como y en dónde hacer los dobleces. Posteriormente, Chan traslada dicha retícula al papel que utilizará para crear el origami y comienza a doblar. Para crear sus obras artísticas, el ingeniero utiliza diversos materiales que van desde pinzas hasta broches arpietapapel. Lo que no me queda muy claro es si cada pliego es tratado especialmente con tintas y diversos colores antes de ser doblado o si el artista aprovecha las tonalidades originales del papel artesanal al momento de crear su piezas de origami.
Este ingeniero/artista me recuerda mucho a la frase del Chef Gusteau en el filme de Pixar, Ratatouille: Cualquiera puede cocinar. Solo que en este caso, Chan nos demuestra que un ingeniero no solo puede crear cosas impresionantes, sino también delicadas, hermosas y artísticas. Por lo que me atrevo a afirmar que sí, cualquiera puede ser un artista.