Uno de los principales centros del comercio ilícito de animales de especies amenazadas por la extinción a nivel mundial está ubicado bajo varias naves adjuntas al popular mercado de Chatuchak, en Bangkok, y es visitado durante los fines de semana por decenas de miles de tailandeses y extranjeros.
"Hace unos años el contrabando de animales estaba dirigido hacia clientes de Europa y Oriente Medio. No obstante, cada vez son más los tailandeses y otros asiáticos los que compran especies protegidas", indica Jirayu Chardcharoen, agente del Departamento de Protección de Parques Naturales, Vida Salvaje y Conservación.
Durante un paseo por la zona norte de este abasto se pueden encontrar sin dificultad casi toda clase de aves y reptiles, "los animales protegidos con los que más se comercia por su facilidad en el transporte", según apunta el funcionario de este departamento que se supone vela por la conservación de la fauna.
No obstante, también se pueden ver confinados en pequeñas jaulas mamíferos como el suricato, animal que procede del sur de África y que se hizo famoso por ser uno de los protagonistas de la película de Disney "El rey león" con el nombre de Timón, además de macacos de las selvas asiáticas, algún osezno y pangolines.
Este incesante comercio ilegal resulta, según las autoridades, difícil de frenar, debido a la levedad de las penas que la ley tailandesa contempla para las personas que poseen o trafican con animales exóticos o en peligro de extinción.
"El Gobierno debería endurecer la legislación contra aquellas personas que comercien de manera ilegal con animales o posean especies protegidas sin los permisos necesarios", apunta el oficial.