Siempre he intentado caracterizar mis artículos por la objetividad, por no hacer sangre o vivir de la euforia de lo efímero. Sin embargo, se antoja evidente que el tema de actualidad deportiva, la eliminación española del mundial, necesita una crítica o más bien una autocrítica al fútbol español.
Podemos dividirla en tres factores:
- Una lista injusta: Ahora puede parecer fácil criticar a Del Bosque, pero todos ustedes sabrán que la lista la colmaban nombres más que hombres. Eternos héroes que no merecían este final tras cambiar la historia de un país. Casillas es el portero suplente del Madrid; Xavi es el futuro organizador de un petroequipo catarí; Torres es casi el utillero del Chelsea y a Xabi Alonso o Villa se les ha pasado el arroz. Gabi, Negredo, Raúl García, Isco o incluso Deulofeu... mil nombres para ilusionar y que habían hecho grandes méritos.
- Falta de motivación: Mítica es la escena en Rocky III en la que Balboa recupera la ilusión y la forma al ritmo de Survivor, con la famosa "mirada del tigre". Los Iker, Xavi, Villa y demás lo han ganado todo y eso siempre pasa factura, no han tenido el liderazgo y la garra que caracterizaba al equipo.
- Cansancio físico: Ayer Chile volaba y España andaba, balbuceando algo de fútbol en presuntos rondos que acababan en nada. El cansancio era evidente, son futbolistas que juegan más de cincuenta partidos como mínimo cada año y cada vez más longevos. Centrándonos en el calendario, vemos que es el verdugo de una generación. En este fútbol comercial sobran equipos en una 1a división irrisoria y no competitiva (en Alemania hay 18 equipos), una copa a doble partido (ya conocemos el modelo inglés) o los amistosos en el otro extremo del mundo. El dinero ha acabado con una generación, reflexionemos sobre ello.
El fin de ciclo no significa el fin de los títulos, pero sí el del mejor equipo de la historia de España. Vendrán jóvenes y muy buenos, no perdamos la esperanza. Reflexión y, como diría Simeone, cabeza alta señores.
@israelmallen