(PD Blog) “La Negra” esa voz inconfundible de la interpretación de América del Sur. Mercedes Sosa nació en Tucumán, un pueblo argentino en 1935 el mismo día y en el mismo pueblo donde años atrás se firmara el acta de la independencia. Su calidez, su don de gente la hizo destacar, su canto folclórico se convirtió en voz de protesta, en expresión nata del sentir de la Argentina que con los años sonó al compás de las revolucionares de América.
«¿Le parece bonito eso de andar metiéndose en la radio? ¿Eso es lo que hace una señorita criada para ser decente? Gladys Osorio, venga, acérquese… ¿Tengo que felicitarla? Míreme a los ojos ¡Que me mire a los ojos le digo!».
Gladys Osorio se hacía llamar la tímida Mercedes que cantaba en la radio por mera casualidad en 1950. Luego de aquella conversación con su padre nunca más volvió a cambiar su nombre, Sosa se dedicaría a cantarle a la patria en cada escenario.
En 1962 es grabada su primera producción discográfica, Mercedes venció la cultura popular que para ese entonces aupaba el tango en la argentina, con su voz llevó la música de provincia a grandes ciudades, con letras de poetas que inspiraban. Hablando de la tierra, de la caña de azúcar, del sentir. Esa sinceridad de sus canciones la hizo ganarse el cariño de la gente
La Negra fue defensora de los ritmos modernos y la riqueza de la música Latinoamérica, revolucionaria, siempre revolucionaria el 11 de febrero de 1963 lanzo el movimiento de la Nueva Canción, un tratado que para ella toda su vida fue estricto. Mercedes cantó al son de todos los compases populares, se arraigó a la juventud.
A mediados de los sesenta el ambiente político en argentino era tenso, la persecución contra los disidentes arreciaba y a las cantantes de provincia como Mercedes Sosa se les discrimina, pero nada detiene el ritmo del viento y las voces que cantan, En el Festival Folclórico de Cosquin el bombo sonó y la voz de Mercedes propagó la ovación y los aplausos cuando con valentía interpretó El Derrumbe del Indio en contraposición a la arremetida y el sometimiento político contra las etnias.
“Yo siempre tuve problemas con la comisión, no sé por qué... En ese tiempo porque era comunista, sigo siéndolo, pero por entonces era mala palabra” Mercedes Sosa
Una de sus canciones más famosas es “Honrar la vida” y es que no es lo mismo vivir que pedirle a Dios no ser indiferente ante la guerra y seguir cantando como la Cigarra. Las letras de Mercedes conmueven a Latinoamérica entera, rompiendo barreras de ideología y en otros tantos, promoviéndola.
Es sin duda la canción “Gracias a la Vida” de Violeta parra grabada por la Negra en 1969 el éxito que en unísono jóvenes, viejos y militantes alguna vez han pronunciado. La voz de América une, converge, emociona, una mujer que llenaba de luz con simple sutileza cualquier escenario.
Sus cánticos de comunismo izquierdista generaron polémicas, sin embargo, su talento y talante durante sus años de vida son inmensamente indiscutibles. Las armonías musicales en honor al Ché Guevara en su voz y en la de Violeta Parra cantando a los estudiantes, el amorío inspirador con el cual compartía una pieza con Pablo Milanés y Don Silvio Rodríguez. Fue grande, Mercedes.
Con su voz de contralto enamoró al mundo, cuando Mercedes cantaba el público atento escuchaba su entonación, su sentir multiplicado. La Negra del Sur también supo inmolarse ante las crisis política, su oposición a Pinochet y a la barbarie la alejaron de Chile, esa oposición a los agravios políticos la alejó de su pueblo al cual luego volvió como gaviota en Libertad.
Mercedes es argentina y es América del Sur, la voz que le pertenece al pueblo, a las izquierdas y a quienes no son de izquierdas a los comunistas y a quienes no son comunistas, a los corajudos y a los que vuelan libre a la libertad del canto de una revolucionaria.